El Día de la Cruz es una celebración que proviene de la fusión religiosa entre las costumbres católicas de la Santa Cruz, que según la historia se refiere al hallazgo por Santa Elena de la Cruz de Cristo, en época del Emperador Constantino, y el tributo indígena a la madre tierra y al dios Xipe Totec.
La celebración es una conmemoración religiosa cuyo origen en América Latina se remonta a la conquista española y los antecedentes vienen de los rituales que se realizaban en torno a la lluvia y las buenas cosechas.
En aquella época histórica, los misioneros desconocían la lengua de los nativos y aun así debían difundir el mensaje cristiano. Fue así que pensaron en la cruz, objeto de fácil construcción que colocaban a la vista de todos en la comunidad. Allí se administraban los oficios religiosos.
Surgió así la tradición de "Vestir la cruz" el primero de mayo, y el día 3 concluía la festividad cuando la cruz del pueblo era llevada en procesión por la localidad. En el trayecto se cantaba y pasaba por las casas de los vecinos solicitando limosnas, hasta que era puesta en un altar preparado en algún inmueble del pueblo.
En la tradición indígena, se conoce que después del día de la cruz comienza el invierno, entonces se encomienda por la cosecha y por eso se coloca la fruta para que la cosecha abunde. Según la tradición, la celebración da paso a la lluvia para la renovación de la tierra, el crecimiento de las flores y el desarrollo de los frutos que se encuentran sobre ella.
La también llamada “Fiesta de las cruces” se celebra en ciudades de España, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Argentina, Colombia y Venezuela.