“Yo la considero bastante agobiante porque es bastante difícil que alguien se siente y diga: ‘habla, no te sientas señalada o juzgada’ y que no minimice los sentimientos que puedes estar albergando”, afirmó Pérez, al recordar lo difícil que es expresar sus emociones con familiares y amigos.
De acuerdo con la joven, de 28 años, vivir con depresión no siempre es mostrar tristeza, algunas veces se refleja con otras emociones: “Era un enojo con todo y con todos”, aseguró Pérez.
Relató que dicha enfermedad se puede desarrollar ante situaciones de estrés que tengan relación con su entorno familiar, social, económico y hasta en el ámbito laboral, la cual “puede llegar de forma silenciosa”.
“La situación familiar nunca había sido estable y por años se iba haciendo más difícil. La primera vez que yo supe que tenía depresión, automáticamente algo se abrió dentro de mí y empecé a llorar”, manifestó Pérez al recordar cuando fue diagnosticada en su adolescencia.
Sin embargo, fue a sus 21 años que la joven inició con terapias a causa de un intento de suicidio y al presentar problemas con bebidas alcohólicas.
“No había día en el que no necesitará estar alcoholizada para tolerar estar con las personas, de lo contrario yo siempre iba a estar irritada, enojada”, reconoció Pérez, y fue así como inició su tratamiento con un psiquiatra.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define la depresión como una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y una pérdida de interés en las actividades cotidianas.
“Si se puede hacer algo al respecto”.
De acuerdo con Pérez, asistir a terapias con un profesional le ayudó a establecer límites en su entorno y, por ende, empezó a tener menos recaídas. Además del apoyo de sus amigos, el cual aseguró fue fundamental para manejar la depresión.La joven afirmó que siempre hay personas dispuestas a escuchar: “Al final uno debe de aprender a identificarlos porque ellos pueden ser nuestros pilares para poder seguir adelante”.
La depresión desde la psicología.
La psicóloga Melissa Acevedo expuso que la tristeza, el enojo y la irritabilidad son de las emociones que predominan en una persona diagnosticada con depresión, por lo que asevero que brindar apoyo a los pacientes debe ser más allá de las palabras.“Más que decir frases motivacionales, más que decirles cosas que probablemente ya sepan, es más bien estar ahí, que en las crisis más fuertes haya alguien que esté ahí”, sostuvo la especialista.
Acevedo explicó que el cambio repentino en la rutina, así como el descuido en la higiene personal son algunos de los síntomas para identificar a una persona con depresión.
Ante ello, la psicóloga afirmó que para evitar una depresión es necesario crear ambientes seguros, cultivar el amor propio, confianza, seguridad, así como también tener espacios de recreación, actividad física, una buena rutina diaria de alimentación y descanso. Además, mantener los pilares de la salud mental equilibrados, al igual que expresar las emociones.
¿Qué se hace en El Salvador?
De acuerdo con Acevedo, en El Salvador, la depresión no se aborda de la manera adecuada, ya que debe existir un mayor interés por prevenir la enfermedad antes de un avanzado cuadro clínico.“Pensaría que no hay suficiente promoción, no tanto de la depresión en sí, sino lo que pueda prevenir la depresión, es decir, si se puede prevenir es mejor apostarle a la prevención y no solamente llegar al punto cuando ya la persona incluso tiene ideas suicidas, que ya es donde se visibiliza un poco más”, argumento.
La Encuesta de Salud Mental 2023 reveló que en El Salvador cuatro de cada 10 adolescentes tienen síntomas de trastorno de depresión mayor, mientras que un 22 % de la población entre los 18 y 59 años presentan algún grado de depresión.