Cada 12 de diciembre, la Basílica Nuestra Señora de Guadalupe en Antiguo Cuscatlán, La Libertad, se convierte en el epicentro de la fe para miles de fieles que llegan a rendir homenaje a la Virgen Morena.


Desde la noche anterior, devotos de distintas partes del país comenzaron a llegar al santuario, portando velas, flores y cantos en muestra de agradecimiento por los milagros atribuidos a la Virgen.

Muchas familias llevaron a sus hijos con trajes alusivos al indio Juan Diego. / Lisbeth Ayala.
Muchas familias llevaron a sus hijos con trajes alusivos al indio Juan Diego. / Lisbeth Ayala.


Entre los asistentes se podían ver niños vestidos de Juan Diego e "inditas," así como personas mayores, todos unidos por la devoción y el fervor religioso. Este año, las filas para ingresar a la Basílica alcanzaron tiempos de espera de aproximadamente 15 minutos, una espera que los fieles consideran un pequeño sacrificio en comparación con su gratitud hacia la Virgen.



"Venimos desde anoche a San Salvador para estar entre los primeros al ingresar. Es un sacrificio que hacemos con mucho amor", relató Dolores Esperanza, quien viajó desde La Unión junto a su madre y hermana.

Carolina Rodríguez llegó a la básilica por una promesa. Lisbeth Ayala.
Carolina Rodríguez llegó a la básilica por una promesa. Lisbeth Ayala.


Para muchos, realizar este viaje es cumplir una promesa o agradecer por favores recibidos. Carolina Rodríguez, quien llegó desde Soyapango, relató con emoción: "Estoy aquí por una promesa. Nuestra hija mayor partió; mañana cumple cuatro meses que se fue. Pasó tres años con cáncer y, a pesar de su enfermedad, siempre veníamos aquí las dos".

Otro caso es el de Erika Martínez, quien cumplió su promesa en medio del dolor: "Es un poco triste, mañana cumple 40 días de fallecida mi bebé, ella se llamaba Guadalupe y todos le decíamos Lupita, en honor a ella es que estamos acá", compartió con tristeza, recordando a su bebé.

No solo los peques de la familia, también los adultos lucieron atuendos en agradecimiento. / Lisbeth Ayala.
No solo los peques de la familia, también los adultos lucieron atuendos en agradecimiento. / Lisbeth Ayala.


Adonay Serpas, acompañado de su familia desde Cuscatancingo, expresó: "Hacemos esto cada año para agradecerle todo lo que nos ha dado durante el año. Mi promesa es siempre ser un buen padre y abuelo para mis nietas".

La jornada incluyó misas continuas y rezos del rosario, mientras los fieles fortalecían su fe. En la noche, se espera una solemne procesión que partirá desde Antiguo Cuscatlán hacia la Basílica, donde concluirá con una misa.



Para los devotos, esta fecha es mucho más que una tradición religiosa; es una oportunidad para renovar sus promesas, agradecer los milagros y encontrar consuelo en la fe.

La Basílica de Guadalupe lució adornada de flores para la virgen. / Lisbeth Ayala.
La Basílica de Guadalupe lució adornada de flores para la virgen. / Lisbeth Ayala.