La fachada de la casa de la familia Miranda Argumedo es casi lo único que quedó en pie, luego de que un muro de bloque y un alud de tierra cayera sobre ella y arrebatara la vida de las dos hijas de la familia durante la madrugada de este viernes 21 de junio, en la comunidad Quiroz de Soyapango, al oriente de la capital salvadoreña.

La pared que cayó sobre la vivienda de láminas y madera es de una casa vecina que fue construida en un terreno en alto, en comparación al relieve donde vivían los Miranda Argumedo.

Las niñas, víctimas de la tragedia, fueron identificadas como Ailin Eunice Miranda Argumedo de cinco años de edad y su hermana, Hazel Inés Miranda Argumedo de siete años. El padre de las niñas resultó herido con las láminas de la casa y su madre presentó otras lesiones.

La madre de las niñas, Gabriela Argumedo, relató a los medios de comunicación los últimos momentos que compartió con sus niñas y la agonía del deslave que destruyó su casa y que le arrebató la vida de sus dos niñas.


Gabriela Argumedo, madre de las dos niñas fallecidas en Soyapango a causa de las lluvias. / Lisbeth Ayala
Gabriela Argumedo, madre de las dos niñas fallecidas en Soyapango a causa de las lluvias. / Lisbeth Ayala



Gabriela contó que los vecinos construyeron una casa en la parte alta que colinda con su vivienda, dejando el desagüe hacia su casa y relató que a pesar de su insistencia para solucionar el problema, los vecinos no corrigieron la construcción.

"No hubiera pasado eso, pero ellos tuvieron la culpa, ellos tuvieron la culpa, no hicieron caso, se les dije a ellos, yo los andaba rogando cada rato, yo les decía: 'Mire, esa agua me da miedo', 'Sí, ya vamos a ver”, nunca hicieron nada".
Gabriela Argumedo
Mamá de niñas fallecidas en Soyapango


La madre aseguró también que se dirigió a las autoridades de la Policía Nacional Civil (PNC), pero que le dijeron que "estaban atendiendo otras cosas más importantes".

“Yo llamé a la Policía, me dijeron que iban a llegar y nunca llegaron, cuando se me cayó el cerco, ellos han de tener la fecha el día que llamé. Me dijeron que estaban atendiendo otras cosas más importantes, y yo les expliqué de ese muro, les dije por teléfono pero nunca vinieron a ver. Nunca había pasado esto, Solo yo tengo 14, 15 años de estar con mi esposo, eso tengo de vivir aquí, hasta que esta gente se vino a vivir aquí, ellos construyeron y dejaron todas las caídas (de agua), toda la pared húmeda, así se mantenía toda la vida”, añadió Argumedo.

Casa destruida por un deslave que soterró a la familia Miranda Argumedo. / Lisbeth Ayala
Casa destruida por un deslave que soterró a la familia Miranda Argumedo. / Lisbeth Ayala



Además, Gabriela recordó con nostalgia la última noche con sus dos hijas, cómo le dijeron que la amaban y cómo se acostó cansada por no haber dormido estos días de lluvia a causa de la preocupación por el inminente riesgo del muro vecino que terminó con la vida de sus niñas.

"Nos acostamos como a las 9 de la noche, no nos sabemos dormir a esa hora, más noche, pero no sé, nos acostamos a esa hora, eran las nueve, me sentía cansada, no había podido dormir por tanta lluvia, me tomé una pastilla, jugué con las niñas, me peinaron, las besé, les di un beso, siempre hacemos eso, en la cama les di un beso: 'Buenas noches, mami', como a la par dormíamos: “Buenas noches, mi amor, la amo mucho”, “yo también, mami” me dijo la grande, la chiquita también, nos dormimos, yo me dormí", recordó.

Gabriela dijo que se quedó dormida y despertó al escuchar a su esposo: "Mi esposo me dijo 'Gaby, el muro', porque oímos un tronido. Y aquí, como es que es donde está el muro y las camas estaban así de cabeza, las de las niñas estaban así de ladito estaban la dos, la de nosotros estaban así, las de ellas así, pues mi esposo oyó el tronido 'Gaby, el muro, las niñas', me dijo y yo me levanté, cuando yo me levanté para bajarme de la cama, como dormíamos con mosquitero las niñas y nosotros por el zancudero, ahí fue donde sentí la lava de la tierra que me tiró así, acostada, pero aún así no me importó a mí y me cayeron las vigas por acá (en la cabeza), pero yo como pude me levanté porque me quedó aterrada en la tierra y yo solo en las niñas pensaba, así como pude, rompí el mosquitero y saqué mi cara y yo ya iba saliendo cuando me cayó el paredón aquí (en la espalda baja) y fue hasta que vinieron a sacarnos, que les costó bastante tiempo sacarme y yo le gritaba a mi esposo: 'Rafa, le decía yo, Rafa', “aquí estoy” me decía, 'Ayúdame, me cayó la pared' le decía y, 'Las niñas, Rafa, avísenle a mi mami' y le dije yo 'Hablale a los vecinos, deciles que me ayuden', relató la mujer que exigió el alta en el hospital para poder estar con sus hijas.

El muro de casa vecina colapsó y cayó sobre la vivienda de las dos niñas que quedaron soterradas. Lisbeth Ayala
El muro de casa vecina colapsó y cayó sobre la vivienda de las dos niñas que quedaron soterradas. Lisbeth Ayala



"Y no, no se pudo hacer nada y él así cómo pudo se sacó las láminas que se le habían metido, se vino desangrando, aquí cayó desmayado, para avisarle a mi mami y ahí se lo llevaron a él y de ahí me sacaron a mí y me llevaron allá y allá nos avisaron, que habían sacado a las niñas en las noticias, de que ya habían muerto y yo les dije que me quitaran todo el suero, que yo no quería quedarme ahí porque me querían meter sonda para limpiarme la tierra. 'No, les dije yo, yo me voy para donde mis hijas', pero a él lo han cocido y lo tengo que ir a traer", explicó Gabriela luego de dejar el hospital para trasladarse a su vivienda.

El esposo de Gabriela fue trasladado por los cuerpos de socorro al Hospital Nacional Psiquiático "Dr. José Molina Martínez", donde fue atendido por las heridas que le causaron la láminas de su casa durante el deslave.

"Él solo está cocido, fue herido, es que era de lámina y de madera, fue la piedra y la tierra la que ahogó a las niñas y el golpe de las maderas, eso fue, el deslave de ellos fue". Gabriela Argumedo, madre de las dos niñas fallecidas en Soyapango.


"Sí, es que abrazadas dormían, abrazadas, agarradas de la mano, toda la vida han sido así, sí, juntas dormíamos los cuatro juntos, topabamos las camas y de ahí se les metió a ellas decirme que querían dormir separadas, 'solo nosotras dos mamita', decían las niñas 'pero siempre, ahí nos vamos a ver aquí' me decían", recordó Gabriela.

La madre relató que a Hazel, su hija mayo de siete años, la iban a operar por una hernia, por lo que estaban arreglando un cuarto para facilitar su recuperación.

"Estábamos ahí arreglando para hacerle un cuartito a la niña porque me la iban a operar, el 15 de julio, a la grandecita, me padecía de asma pero tenía una hernia en la partecita y me la iban a operar y por eso estábamos arreglando, donde más arreglado el cuartito de ella para que le quedara más cerca el baño para cuando se levantara de la operación y todo eso. Nada, nadie me las va a volver a entregar".

La abuela de las niñas, Juana Argumedo, contó que trató de ayudar a su hija, nietas y yerno. "Yo corrí con mis hijos a ayudar a las niñas y a mi hija, y me sentí bien mal porque yo quería ayudarles y no no podía sacarlos porque como todo les había caído".

Juguetes de las dos hermanitas de cinco y siete años que murieron esta madrugada. / Lisbeth Ayala.
Juguetes de las dos hermanitas de cinco y siete años que murieron esta madrugada. / Lisbeth Ayala.



"Aquí venían a jugar, a verme y todos los días pasaban a traerme las tortillas las dos niñas... a las 6 de la tarde dicen que las van a traer, siento como que fuera un sueño, que son mentiras lo que ha ocurrido, pero le digo a ella que tiene que aceptar y aquí la tormenta cayó y le digo a ella que no les hubiera pasado nada siempre habían deslaves de agua, pero lo impactante fue el muro, las paredes que se vinieron eso terminó de fregar a las niñas", relató.

Según las estadísticas de Protección Civil, van al menos 19 personas fallecidas en lo que va del 14 al 21 de junio, esto a causa de los estragos que han dejado las intensas lluvias que azotan el territorio salvadoreños.

La vivienda de la familia Miranda Argumedo quedó destruida a causa del deslave. / Lisbeth Ayala
La vivienda de la familia Miranda Argumedo quedó destruida a causa del deslave. / Lisbeth Ayala