El ahora obispo de San Miguel, Fabio Colindres, relató ayer en calidad de testigo en el juicio del caso conocido como Tregua que él tuvo acceso a los centros penitenciarios “sin registros” con autorización del entonces presidente Mauricio Funes y del, en ese momento, ministro de Seguridad David Munguía Payés, ambos procesados ante el Tribunal Especializado de Sentencia “C” de San Salvador, por supuestamente pactar con pandillas a cambio de una reducción de homicidios.

El obispo aseguró que ambos exfuncionarios conocían sobre el ingreso y las reuniones en diferentes centros penales, él junto a Raúl Mijango, en calidad de mediadores con las pandillas, e incluso entraban con sus teléfonos celulares.

“Estoy aquí para declarar acciones autorizadas, como mediador, ingresando a penales por motivos de la tregua...con autorización del general David Munguía Payés y el señor presidente de la República (Mauricio Funes) que siempre supo de esta actividad, y con la información directa del Director de Centros Penales , que estaba enterados”, afirmó el obispo Fabio Colindres, a la Fiscalía General de la República.

Añadió que su ingreso era autorizado por la vía oficial “Nadie entra al penal sin el permiso del señor Presidente”.

Explicó que la tregua se dio porque ambas pandillas tomaron la decisión de hacer un diálogo entre ellos y llegar a acuerdos para no agredirse más, pero pidiendo “facilidades” para sostener ese acuerdo.

Colindres relató que, cuando era obispo castrense en la época, había expresado su preocupación por el alza de homicidios a Munguía Payés, en su calidad de ministro de la Defensa, y que había solicitado permiso para hablar con los pandilleros y detener los asesinatos de soldados; sin embargo, la petición no prosperó. Cuando Munguía fue nombrado ministro de Justicia y Seguridad, le explicó que accedería a su petición para hacer acciones pastorales en los penales, pero que sería acompañado de Raúl Mijango.

Entre las solicitudes de los pandilleros estaban: la salida del penal de máxima seguridad, de Zacatecoluca, el acceso a visitas íntimas y familiares, y el uso de teléfonos celulares para comunicarse con “sus bases”.

En 2013, Payés eligió  al Obispo para ser mediador de la tregua. / Emerson Del Cid
En 2013, Payés eligió al Obispo para ser mediador de la tregua. / Emerson Del Cid



Explicó que las reuniones entre ambas pandillas iniciaron a finales de febrero e inicios de marzo del 2012. Las reuniones se conformaban entre siete y diez pandilleros y que los trasladados eran del penal de Zacatecoluca a los penales de Quezaltepeque, Ciudad Barrios y Cojutepeque.

“Expresaron (los pandilleros) que necesitaban ir a sus bases...que sin ir a convencerlos no se sostenía la tregua”, afirmó Colindres.

Así mismo, mencionó que la otra razón era porque “había amenazas de boicotear las elecciones de marzo del 2012, que ellos tenían esa noticia y que ayudaría mucho sus traslados para detener ese boicot”.

Colindres dijo haber acompañado dos o tres traslados a petición de los pandilleros, por temor a ser asesinados.

Pero que en 2013 había pedido ser retirado como mediador, al ver las violaciones a la Ley Penitenciaria, y que esas acciones hicieron que el proceso fracasara, además de que se hizo público y había presión de parte de la población.

En este juicio, la Fiscalía procesa al exministro de Seguridad, David Munguía Payés, y al expresidente de la República, Mauricio Funes, por agrupaciones ilícitas e incumplimiento de deberes, mientras que a Munguía también le suman actos arbitrarios.