No se llamaba Jack Donovan ni era canadiense. Se trataba del exinfante de marina, Raymond ‘RJ’ McLeod, de 37 años, quien fue descubierto enseñando inglés en Sonsonate, capturado por policías salvadoreños y entregado a los US Marshals el lunes por la tarde.
McLeod es acusado por el asesinato de su novia Krystal Mitchell, de 30 años, a quien le quitó la vida en un apartamento en el que se alojaban mientras visitaban a sus amigos en San Diego, California, en junio de 2016.
Pero en Sonsonate, varios vecinos de la ciudad lo recuerdan como el profesor de inglés de la céntrica academia Direct English, con cuerpo de físico culturista que iba al gimnasio JVL, corría en el estadio y tenía una vida bastante normal. Atractivo, sociable, solía tener “pegue con las mujeres”.
Ni sus alumnos ni los que lo conocieron sabían su pasado, aunque a algunos les parecía incoherente la historia que contaba: Que estaba en Sonsonate como parte de un “intercambio cultural”.
“Él era el último coach que se tenía en el nivel avanzado y con él se realizaba la última prueba para aprobar. Él decía que era de Canadá, era tranquilo, buena gente, amable, educado. Si uno le pedía consejo para aprender inglés los daba”, recuerda un exalumno de McLeod a quien lo conocían como el “Coach Jack”. “Era súper buena onda en clase, sabía explicar”, recordó una antigua alumna.
Eso sí, el estadounidense siempre hablaba con mujeres y algunos alumnos lo definen como “muy coqueto”.
Su español no era muy bueno, pero era un tipo agradable, según lo describen. Tenía una vida normal, alquilaba una casa humilde en la colonia Angélica, un sector de clase media baja de Sonsonate. Igual se le podía encontrar en un supermercado que en un bar.
“Él era un tipo normal, tenía una vida, trabajaba en la academia, lo veía en el gym, iba a los partidos del Sonsonate y de igual manera corría en el estadio”, comentó un ciudadano que lo conoció desde 2018.
“Vivía normal, no parecía que hubiera cometido un delito. Era muy coqueto, canadiense decía que era. Tenía porte alto, musculoso y las mujeres se derretían por el”, agrega.
Hablaba poco de su vida
Otro habitante de Sonsonate recuerda haberlo conocido en 2018, viviendo en la colonia Angélica y trabajando como coach de Direct English.En esa época era muy callado y frecuentaba mucho un bar en Sonsonate que ahora se llama Bocotas. Bebía mucho hasta la pandemia, cuando dejó de tomar y se le veía más seguido en el gimnasio.
“Estaba flaco cuando lo conocí, frecuentaba casi que todos los viernes y sábados el bar. Era de pocas amistades, parecía una buena persona, amigable, no hablaba mucho de su vida, solo decía que había tenido un problema en Canadá y por eso vivía acá”.
Raymond McLeod fue capturado la tarde del lunes 29 en Sonsonate, por personal de la Policía Nacional Civil en apoyo a los Marshals de Estados Unidos.
Conocido de Raymond ‘RJ’ McLeod en Sonsonate
Esta persona recuerda a McLeod como “bastante fanático de la cultura vikinga”. Y dice haberle visto un pasaporte canadiense, aunque solo por encima, nunca en detalle.“La verdad no parece ser un asesino, pero había algo raro en él que siempre nos hizo sospechar que ocultaba algo, por qué su historia era poco creíble sin embargo siempre se comportó como una persona sociable”, afirma.
A esta persona, la historia de McLeod le parecía “inconsistente” y no entendía cómo “una persona bien parecida y con estudios terminaba en un país del tercer mundo, con un salario precario”.
Algunos recuerdan que consiguió novia en el gimnasio, pero nadie menciona el nombre de la joven. “Él no tenía redes sociales. Pero al parecer su novia del gym sí y subía fotos con él”, recordó otra persona.
Pedían $50 mil por su cabeza
Raymond McLeod fue capturado la tarde del lunes 29 de agosto, en Sonsonate, en el occidente salvadoreño, por la Policía Nacional Civil en apoyo a los Marshals de Estados Unidos. McLeod tenía una notificación roja por el delito de homicidio y residía en El Salvador de forma irregular, por lo que fue intervenido por las autoridades Migratorias, y deportado.McLeod era considerado tan peligroso que el Departamento de Alguaciles de Estados Unidos (US Marshals), estableció una recompensa, la más alta de la historia: $50,000.
McLeod fue entregado el mismo lunes a los US Marshals, quienes lo trasladaron de inmediato a Estados Unidos para enfrentar la justicia.
La madre de Krystal Mitchell, la exdetective jubilada Josephine Wentzel, ayudó a localizar al asesino de su hija.
“Estoy tan contenta de que lo hayan atrapado y no lastime a otra mujer”, dijo Wentzel a Diario El Mundo.
La Embajada de EE.UU. en El Salvador, agradeció a las autoridades policiales y de Migración "por su excepcional trabajo en el combate al crimen", y "por ayudar a llevar de regreso a EE.UU. (a McLeod) para que enfrente la justicia".