No mires directamente el Sol.
El primero y más importante es no ver el Sol eclipsado por la Luna directamente; no porque el fenómeno astronómico cause una especie de daño, sino porque los seres humanos no toleramos ver directamente la inmensa bola de fuego. Observarlo sin protección puede causar quemaduras serias y daños irreversibles en los ojos.“La intensidad de la luz (solar) puede destruir los fotoreceptores de la retina, células especializadas que no se regeneran”, y que por consecuencia llevarán al espectador a la “pérdida temporal de la visión, cicatrices en la mácula (el tejido del fondo del ojo), pudiendo producir hasta la formación de agujeros”, esta región de atrás del ojo, que llevarían a la pérdida total o parcial de la vista, explicó la Asociación Salvadoreña de Oftalmología en octubre pasado, cuando el país también presenció un eclipse parcial de sol.
Usa protección
Así como la piel necesita un protector solar, los ojos también. “Una forma segura de ver directamente al sol, ya sea durante un eclipse o no, es a través de de filtros solares especiales conocidos como ISO 12312-2”, explica la Asociación Salvadoreña de Oftalmología.Y aunque en otras ocasiones los espectadores recurren a los filtros que utilizan los obreros de la soldadura, la asociación aclara que “el uso de cristal de soldador número 14, no garantiza protección total de un daño en la retina”.