Violeta Martínez de Palomo aprendió a hablar por segunda vez en su vida a los 51 años, luego de haber sido detectada con cáncer de laringe y someterse a una laringectomía total, donde le extirparon la laringe y las cuerdas vocales.

“Quedé muda”, relata y fueron unos amigos españoles quienes le mostraron ejercicios con los que combina el aire aspirado, para hablar nuevamente con voz esofágica.

Tras la laringectomía, Violeta tiene un estoma en su cuello, un agujero que está conectado directamente a sus pulmones, pero que es disimulado con un elegante pañuelo. “Me lo puedo quitar, pero si me lo quito me expongo”, dice. Violeta aprendió a cuidarse y sentía la necesidad de hacer lo mismo con los más de 50 laringectomizados que hay al año en el país.

“Cuando yo estuve ingresada, vi un caso de un señor que me impactó, nunca voy a olvidar su nombre, fue hace 10 años. El señor se llamaba Servando, él me inspiró a mi porque él salió del hospital a su casa y regresó grave al hospital, a morirse, ¿por qué? porque no sabía cómo cuidarse. Él se fue bien, pero como somos tan vulnerables por este agujero, que seguramente absorbió humo, no sé. Yo pensé, es necesario que haya alguien que enseñe a cuidarse, a hablar de nuevo como yo aprendí”, relató Martínez.

De esta manera nació Fundahabla, una fundación que ayuda a las personas que han sido diagnosticadas con cáncer de laringe y que deben someterse a la extirpación de éste órgano, para que puedan hablar, aprendan a cuidarse y superen sus dificultades psicológicas.

No solo la voz.

Violeta explica que al iniciar el camino de capacitar a laringuectomizados encontró la necesidad de educartaqmbién a los familiares, y un abanico de necesidades.

“Una persona laringectomizada, para su recuperación deberá estar en control durante toda su vida con un otorrino, con un neumólogo, con un psicólogo, con un nutricionista, con un gastroenterólogo”, añade, además de las enfermedades de base que el paciente pueda tener.

En nueve años de existencia, Fundahabla ha ayudado a devolver la voz y capacitar a 45 personas laringectomizados, cada una a su ritmo y según sus posibilidades de aprendizaje.

En promedio, en El Salvador, al menos 60 personas son laringectomizadas a causa del cáncer de laringe, principalmente por el tabaco.

Por ello, la fundación también tiene un programa para los fumadores que quieren dejar el tabaco, como una medida preventiva al cáncer de laringe. Los servicios son gratuitos.

Conciencia.

Este duro camino de las personas laringectomizadas es el que Fundahabla busca que sea reconocido cada 1 de marzo como día nacional de la persona laringectomizada, por ello, han solicitado a la Asamblea Legislativa decretarlo.

La elección del día es en solidaridad a España que ya tiene decretado este día para conmemorar el día. Ante esto, Violeta hace un llamado a los diputados a fijar sus ojos en este grupo poblacional que necesita ser visibilizado desde su condición.

Violeta explica que la conciencia no debe ser solo al personal de salud, sino en toda la sociedad. “En el país, si usted le pregunta a alguien si sabe ¿qué es una persona laringectomizada? nadie sabe. Si pregunta si sabe ¿qué es una laringectomía? no sabe”, añade.

Las personas laringectomizada también pierden el olfato y el gusto, pero debido a que la base de la socialización es el habla, perder las cuerdas vocales no solo supone un cambio de vida, sino una condición permanente.

El dato

Una persona laringectomizada es aquella sobreviviente de cáncer de laringe, quien no puede hablar porque su laringe y cuerdas vocales fueron retirada, como única alternativa para seguir con vida.