Luego de tres días de velación en capilla ardiente, ayer la feligresía católica llegó hasta Catedral Metropolitana a despedirse del arzobispo emérito de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle, quién falleció el jueves 28 de abril, a los 89 años de edad.

Desde las 10:00 de la mañana de ayer, decenas de fieles llegaron a Catedral para participar de la misa de cuerpo presente, presidida por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, el cardenal, Gregorio Rosa Chávez, y el nuncio apostólico, Santo Rocco Gangemi.

Asistieron representantes de la iglesia Católica, entre ellos, vicarios del Opus Dei, obispos de la conferencia episcopal, diáconos, sacerdotes, y seminaristas.

Entregó su vida al sacerdocio. Ahora ha partido a la casa del Padre...nos toca a nosotros continuar la misión contando con los hermosos ejemplos”. José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador


Durante la misa, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, recordó parte de la trayectoria de Sáenz Lacalle desde que llegó al país en 1962, su paso por la diócesis de Santa Ana, su aporte para la construcción y posterior inauguración de la Catedral Metropolitana, en 1999.

Centenares de salvadoreños asistieron a la misa de cuerpo presente del arzobispo emérito. / Dennis Acosta
Centenares de salvadoreños asistieron a la misa de cuerpo presente del arzobispo emérito. / Dennis Acosta



“Entregó su vida al sacerdocio, dejándolo todo, la familia, el país, las amistades, vino a El Salvador donde se entregó al trabajo pastoral a tiempo completo, ahora ha partido a la casa del Padre...nos toca a nosotros continuar la misión contando con los hermosos ejemplos”, puntualizó Escobar Alas.

Así mismo, el cardenal Gregorio Rosa Chávez relató cuando lo conoció en el año 1965, cuando él aún no era sacerdote; explicó que los recordará como un hombre entregado a la espiritualidad.

“Varias cosas me impactaron de él, su profunda espiritualidad, su amor profundo a la eucaristía, y a la santísima Virgen...buscó siempre la santidad, igual que Romero, dos estilos, dos personalidades, una misma pasión por la iglesia”, recordó el purpurado.

Le vengo a decir adiós a un gran pastor. Su muerte significa que es un ejemplo del cumplimiento de la palabra de Dios: Vayan y prediquen”. Carmen Mendoza, religiosa

Pésame papal.

Tras la eucaristía, se leyó una correspondencia del papa Francisco, donde también expresó su pesar a toda la feligresía católica salvadoreña por el fallecimiento de Sáenz Lacalle.

“El Santo Padre ofrece sufragios por el eterno descanso de su alma, al mismo tiempo que, como signo de fe y esperanza cristiana el Señor resucitado, imparte con afecto la confortadora bendición apostólica”, decía la carta proveniente desde El Vaticano.

Transcurrida la solemne misa, con cánticos y oraciones, los feligreses iniciaron un cortejo fúnebre que salió de Catedral , y recorrió las calles que la rodean.

Los resto de Sáenz Lacalle fueron sepultados a metros de la tumba de San Óscar Romero. / Dennis Acosta
Los resto de Sáenz Lacalle fueron sepultados a metros de la tumba de San Óscar Romero. / Dennis Acosta



Durante su recorrido, los obispos de la conferencia episcopal cargaron el féretro de Sáenz Lacalle hasta llegar a la cripta de Catedral, mausoleo donde reposan los restos de otros arzobispos y religiosas.

Culminada la procesión, su cuerpo fue sepultado a un par de metros de la tumba de San Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, y junto, a las tumbas de los arzobispos de San Salvador, Arturo Rivera y Damas, de quien fue sucesor Sáenz Lacalle; y de monseñor Luis Chávez y González, predecesor del santo salvadoreño.