Tarde, pero sin falta, en los jardines de los salvadoreños comienzan a salir los famosos “zompopos de mayo”, las reinas de las hormigas que usualmente aparecen con las primeras lluvias de la temporada invernal.
Aunque se conocen como zompopos, realmente son los machos y las reinas vírgenes de las hormigas de la familia Formicidae. Estos insectos tienen alas que sirven para el vuelo nupcial.
Una vez concluido el acto, algunos machos mueren porque se pierden o porque la gente los ataca, mientras que la hembra busca un lugar para establecer un nido.
Suelen salir en la madrugada o noche porque evitan el sol. Las hembras toman un pequeño de trozo de un hongo en su saco intrabucal, previo a su vuelo nupcial, para su propia alimentación en la futura zompopera.
Este insecto cumple un ciclo de nutrientes en los bosques como desfoliadores y dispersores de sustancias nutritivas para el ecosistema, aunque en grandes poblaciones representa un riesgo para cultivos frutales y ornamentales, sobre todo los cítricos como limones, naranjas y mandarinas que tras varias defoliaciones se pueden finalmente secar.
Una publicación del CENTA de 2018 señala que estos insectos pueden formar colonias de más de un millón de individuos. El resto del año, las hormigas obreras salen del nido a cortar hojas para alimentar el hongo del que viven.
En una entrevista con Diario El Mundo, Rafael Vela, coordinador del programa de Bosques y Biodiversidad de CESTA, explicó en 2023 que el retraso en la aparición de la especie se debe a las altas temperaturas, que cada año alcanzan nuevos récords.
Además, influye la reducción de áreas verdes de donde el insecto consigue alimentos. “Las poblaciones se están disminuyendo, hoy hay más ciudades, más calles, más zonas urbanizadas que suelo para depositar las siguientes generaciones y seguir existiendo”, dijo Vela en ese momento.
Los zompopos de mayo salen de sus nidos o colonias en las primeras lluvias del año, antes del amanecer. /Iliana Cornejo
