Entre sentimientos de nostalgia y tristeza, los habitantes del municipio de Verapaz, en el departamento de San Vicente, recuerdan cómo aquel terremoto de 6.1 en la escala Richter ocurrido el 13 de febrero del 2001, destruyó el pueblo en un 95 % y dejó en su camino una cantidad de heridos, fallecidos y una estela de amargos recuerdos.

“Verapaz básicamente quedó destruido en su totalidad, diría yo, quizá un 95 % porque fue de los más afectados en la zona paracentral junto a San Vicente, San Pedro Nonualco, y Guadalupe”, aseveró Freddy Cerón un habitante de Verapaz que perdió su casa por el movimiento telúrico.

Uno de los relatos más conmovedores de este pueblo es el de Abraham Díaz, un hombre de 50 años, quién perdió a su madre, Rosa Candida Carrillo. Ella murió en el Hospital Nacional “Santa Gertrudis” de San Vicente a causa de las heridas provocadas por el derrumbe de dos paredes.

“A mi mamá le cayeron dos paredes allí en la calle, una de la casa de enfrente y la de nosotros, le cayeron las paredes encima, en ese instante nosotros no estábamos, solo un hermano estaba aquí, nosotros andábamos ‘cañando’ (sic) (cortar y limpiar caña de azúcar)”, contó Abraham entre lágrimas.

Díaz expresó que perder a su madre le provocó tristeza y ansiedad, sin embargo, gracias al apoyo de familiares y vecinos pudo sobrellevar esta situación.

“Eso es duro, que se le muera a uno un ser querido, cuando uno se recuerda hasta le dan ganas de llorar, más así como hemos quedado solos, eso da compasión, más que la madre es todo para uno”, añadió.

Según el alcalde de este municipio, Santos Campos, fallecieron alrededor de 22 personas por el desplome de las casas; además, señaló que la caída de éstas se produjo por dos razones: una, por los materiales de adobe y madera, y dos, por los daños que éstas tenían en las paredes por el terremoto del 13 de enero de 2001.

“Gracias a Dios yo me encontraba lavando la ropa, porque en ese entonces yo no tenía un hogar todavía, entonces estaba soltero. Gracias a Dios que estaba afuera, porque si me agarra adentro, capaz me mata. Ese día si se vino toda la casa, se vino todo, y todo el negocio me quedó acabado completamente, porque se vino todo para la calle”, narró Campos.

El ahora alcalde tenía una farmacia, y en su interior estaba una señora y su hijo. La casa cayó sobre ellos, y el niño sobrevivió, gracias a que su cuerpo quedó debajo de una pila de agua.

La reconstrucción con durapax.

Los pobladores de Verapaz relataron que a raíz de este terremoto la mayoría de casas son antisísmicas y construidas con materiales livianos como mallas metálicas y durapax.

“El tamaño de las casas eran de 6x7 metros cuadrados, esas erán las medidas que tenían todas las casas, las primeras que hicieron eran antisísmicas, el suelo llevaba como una malla, así cuando temblara sólo se meciera; ya las que construyeron ya no llevaban eso, solo llevaban la pared que era como un hierro una zaranda, a cada lado, y en medio llevaba el durapax y los repellos”, explicó Freddy Sandoval, quien vive en el lugar.

Sandoval añadió que estas casas les han brindado seguridad y tranquilidad a los pobladores de Verapaz “porque el techo que tienen y las paredes al caer no nos van a lastimar como antes, porque antes eran de adobe”.

Ana Julia Argueta de García quién tiene una vivienda de este tipo, relató que fueron construidas en el gobierno de Francisco Flores, y fueron entregadas un año después del temblor; rememora con nostalgia las casas provisionales hechas de plástico y madera que fueron su hogar previo a ello.

“Para mientras, nos dieron unos plásticos para hacer unas casas, y ahí estábamos todos amontonados. La niña que tenía, como ni agua teníamos. Nada. Ni agua ni luz. Toda mechuda, durmiendo en la gran polvazón, no hallábamos cómo hacer, porque no podían pasar ni carros ni buses”, recordó.

Igualmente, los verapacenses indicaron que los temblores posteriores al terremoto les generaron nervios, miedos y traumas, que persisten a la actualidad.

Salamanca.

La colonia Salamanca siempre Verapaz fue creada a partir del terremoto de febrero del 2001, en ella habitan 104 familias que perdieron sus casas y pertenencias por dicho fenómeno natural.

Tal es el caso de Freddy Cerón, quién se encontraba en su máquina de cocer al momento del sismo y recuerda con nostalgia como la casa donde ellos habitaban quedó destruida.

“Yo comenzaba a trabajar después del desayuno cuando de repente comenzó a sentir que temblaba, y no se detenía, no me quedó otra alternativa que abrazarme a un palo que estaba en el patio y pasó lo que pasó, de hecho, la casa donde estábamos se cayó”, contó.

El poblador expresó que las casas de esta colonia fueron entregadas el septiembre de 2003 a dos años y medio del terremoto, y todo ese tiempo habitaron en una casa hecha de madera y lamina.

Según pobladores, los terrenos para esta colonia fueron donados por el gobierno de turno, mientras que las viviendas fueron construidas por Caja Duero, una financiera de la Ciudad de Salamanca, España.

Terremoto

A las 8:24 de la mañana de un martes 13 de febrero de 2001 un sismo de intensidad de 6.1 grados en la escala de Richter con epicentro en el municipio de San Pedro Nonualco, departamento de La Paz, sacudió el país.

Debido al punto de origen, la zona Paracentral fue la más afectada, sobre todo los departamentos de San Vicente, Cuscatlán y La Paz, donde se reportaron derrumbes, viviendas destruidas, heridos y fallecidos.

Según cifras del Comité de Emergencia Nacional de El Salvador (COEN), este movimiento telúrico dejó 315 fallecidos, 3,399 heridos, 252 mil 622 damnificados, 37 desaparecidos, 41 mil 302 viviendas destruidas, cinco hospitales dañados y 71 derrumbes.