El 23 de enero de este año, Carla Vega de 32 años de edad fue asesinada con arma de fuego por su compañero de vida en la colonia Altavista, en el municipio de Tonacatepeque, dejando a cuatro menores en la orfandad.

Ella es parte de las 20 mujeres que han sido asesinadas entre enero y febrero de este año, según el Observatorio de Violencia de Género de la Organización de Mujeres Salvadoreñas (Ormusa) han ocurrido en el El Salvador.

Solo en enero, Ormusa contabilizó 12 feminicidios y en febrero otros 8 hechos violentos.

Se ha naturalizado tanto la violencia contra la mujer que de pronto un empujón más o un empujo menos no se nota”. Ima Guirola, Cemujer

Disminución.

“Al analizar los datos se observa una disminución de 26 % de feminicidios en los primeros dos meses del 2022, comparado con el mismo periodo del 2021; lo cual es positivo”, dice el boletín informativo de Ormusa publicado recientemente.

Aunque destacaron que continúa la tendencia donde las personas que cometen los crímenes son las parejas de las mujeres.

De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Justicia y Seguridad, San Salvador ha sido el departamento donde más muertes se han registrado sumando seis muertes, seguido de los departamentos de Usulután y La Libertad con cuatro feminicidios, y en Cuscatlán, Morazán, San Miguel, Santa Ana, Cabañas y La Paz con un feminicidio registrado.

Para Ima Guirola, del Instituto de Estudios de la Mujer (Cemujer) los datos son “positivos y esperanzadores”. Según explicó los datos solamente podrían estar mostrando una realidad, en ese sentido, dice que la mirada debe ser más amplia de la situación de los feminicidios en el país.

“Debemos hacer un análisis cruzado con respecto a las mujeres desaparecidas, cementerios clandestinos y mujeres víctimas de explotación sexual y trata de personas con diferentes modalidades”, explicó Guirola. Tener un 26 % de disminución de feminicidios, aseguró Guirola, podría ser “la punta del iceberg”.

El dato
Según las estadísticas de Ormusa, pese a contar con una disminución de los datos, la tendencia que los victimarios sean la misma pareja de la mujer representa un alza.