Se jugaba el minuto 14 del primer extratiempo cuando Juan Ramón Martínez (Mon Martínez) anotó el gol que permitió a El Salvador ganar 1 a 0 a Haití y con ello ser el primer país centroamericano en clasificar a un mundial de fútbol. Aquel tercer partido de desempate se realizó el miércoles 8 de octubre de 1969 en el estadio de La Reina, en Kingston, Jamaica.

Antes de la serie final con Haití, El Salvador había jugado una serie de tres partidos (desempate incluido) contra Honduras, país al que se le ganó el tercer duelo en el histórico estadio Azteca de México, 3 a 2, con dos goles de Mon Martinez y uno en el tiempo extra de Mauricio Rodríguez Lindo (Pipo). Este juego se desarrolló la noche del sábado 28 de junio de 1969.

En ambas ocasiones, al regresar, los seleccionados salvadoreños fueron recibidos en el país como verdaderos héroes. La afición y el pueblo en general se volcó a las calles para vitorearlos y manifestar abiertamente el orgullo patrio. Cuentan, quienes vivieron aquellos momentos de éxtasis, que la gente gritaba y lloraba de pura felicidad. Contra Honduras se había jugado algo más que una competencia deportiva, pues los duelos se habían dado en medio de serias diferencias políticas entre ambas naciones. Y contra Haití se jugaba la gloria de asistir a un mundial.

México 70 recibió a El Salvador donde el país quedó enclavado en el grupo 1 junto a la Unión Soviética, Bélgica y el país anfitrión. Se perdieron lo tres partidos, se recibieron nueve goles y no se anotó ninguno, pero se compitió y solo por ser el primer país centroamericano en un mundial de fútbol, ya pasaba a los anales históricos, digno de un reconocimiento que, sin embargo, para muchos pasa inadvertido.

Varios de aquellos futbolistas ya partieron al cielo y otros han pasado a la intrascendencia. Las nuevas generaciones desconocen sus nombres y sus hazañas. En su momento hubo quienes se montaron al triunfo sin merecerlo, como el expresidente de la República Fidel Sánchez Hernández que, como todo político mentiroso, le ofreció una casa al gran “Mon” Martínez, incluso hasta posó para los periodistas entregándole las llaves, pero hace unas semanas falleció el futbolista y la dichosa casa nunca le fue entregada.

Tras la clasificación a México 70, el técnico argentino Gregorio Bundio fue separado de su cargo y en su lugar fue contratado el chileno Hernán Carrasco Vivanco, quien llevó al mundial a Raúl Alfredo Magaña, Gualberto Fernández, Tomás Pineda, Roberto Rivas, Salvador Mariona, Santiago Cortez, Saturnino Osorio, Mauricio Manzano, Guillermo Castro, José Antonio Quintanilla, Mauricio Rodríguez Lindo, Jorge Vásquez, Salvador Flamenco, David Arnoldo Cabrera, Genaro Sermeño, Jorge Méndez, Alberto Villalta, Juan Ramón Martínez, Mario Monge, Ernesto Aparicio, Jaime Portillo y Elmer Acevedo.

Apenas dos años antes la Selección de El Salvador, casi con el mismo plantel de jugadores de México 70, asistió a los Juegos Olímpicos de México 68. En esos juegos El Salvador jugó contra Hungría y perdió 4 a 0, luego contra Israel y el resultado fue adverso 3 a 1, finalmente contra Ghana con quien se empató 1 a 1. Al final lo campeones olímpicos fueron los húngaros.

Vale la pena tener siempre en la memoria la gesta de aquella selección que nos puso en la palestra y que se llenó de gloria y llenó de orgullo a toda una generación de compatriotas. Ellos, con tan pocos recursos logísticos le pusieron empeño, amor, fe y voluntad a la azul y blanco. Ellos, con sus capacidades, lograron marcar la historia e iniciar una ruta, que por diversas circunstancias, las nuevas generaciones fueron perdiendo a poco.

Luego en1982 se volvió a clasificar a otro mundial. Con una generación espontánea de excelentes y magníficos futbolistas se llegó a España 82. Jugadores de la talla de Jorge Alberto González, Jaime Alberto Rodríguez, José Norberto Huezo, Francisco Jovel Cruz, Ramón Alfredo Fagoaga, Ricardo Guevara Mora y otros nos volvieron a llenar de orgullo y alegría. En el mundial se perdió ante Hungría (10 a 1), Argentina (2 a 0) y Bélgica (1 a 0), pero esta ya es otra historia que contar.

Hasta ahora llevamos diez mundiales sin volver a decir presentes. Es decir 42 años sin saber que es estar en las mieles de la élite mundial. Muchos salvadoreños han muerto sin haber visto a El Salvador jugando un mundial. Para el siguiente mundial se tienen posibilidades ya que serán tres los equipos clasificados por la Concacaf, puesto que serán 42 selecciones las que participarán y por la zona se descartan a los favoritos de siempre; Estados Unidos, México y Canadá, por ser los anfitriones de 2026.

Sin embargo, esas posibilidades ampliadas se ahogan por el bajo nivel de nuestro fútbol que desde hace décadas parece haber tocado fondo sin que tengamos los recursos necesarios para salir de ese horrendo sitio. El poco profesionalismo de nuestros jugadores, la nula planificación administrativa y financiera de los dirigentes, el poco compromiso de la afición, el poco apoyo del sector privado, la falta de visión de los sectores involucrados y muchos otros factores, son decisivos para que estemos, desde hace mucho, en el peor de nuestros momentos futbolísticos.

Por eso, porque nos toca vivir de las glorias pasadas, vale recordar la gesta heroica de quienes un 8 de octubre de 1969 (hace 55 años) hicieron posible a base de pundonor y amor propio clasificar a El Salvador a México 70. Gracias señores mundialistas... Las gloria les pertenece.


• Jaime Ulises Marinero es periodista