El viernes 15 de abril cumplí 53 años, y la verdad me siento muy feliz. No diría que me siento joven aún, porque suena algo así como a viejo rabo verde, pero sí lleno de energía, con muchos objetivos y metas, que me animan y motivan. Vivo rodeado de amor en abundancia, ejerciendo mi carrera en beneficio de mis clientes y mi familia, así como escribiendo mis humildes poemas, aportando mis opiniones en diversos medios de comunicación, realizando investigaciones jurídicas, impartiendo clases, etcétera.

Pero el motivo de este artículo, en relación a mi cumpleaños, y más que todo, a mi edad es: ¡planifiquen!

Yo he vivido una vida muy tranquila. Mi familia ha sido de clase media, y nunca nos ha faltado nada. Nunca he vivido una crisis familiar en ningún sentido, todo ha sido armonía, y tranquilidad, de hecho, las pérdidas familiares han sido por la avanzada edad de nuestros parientes y nunca por algún accidente trágico que haya causado una conmoción terrible o por alguna terrible enfermedad.

Hemos podido darnos nuestros pequeños lujos entre ellos vacacionar, culturizarnos (que es un lujo en estos países), y en mi caso personal desarrollarme profesionalmente (igualmente un lujo) y ejercer mi carrera ayudando a decenas y decenas de mis clientes a lo largo de 25 años de ejercicio profesional.

Pero volviendo al objetivo de esta entrega. Cuando hablo de planificar es debido a que las situaciones difíciles en mi vida han sido por falta de planificación (permítanme la redundancia) de mi tiempo y de mi dinero, y eso que de ambos he tenido en cantidades saludables por las cuales me puedo sentir agradecido. Tiempo he tenido de sobra, y dinero, el suficiente para haber alcanzado cualquier meta financiera, gracias a mi profesión.

A lo largo de la vida he leído uno que otro libro de motivación personal y de organización: Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, Piense y hágase rico (que por muy superficial que parezca el título, es realmente un manual fabuloso), Mi primer millón, El hombre más rico de Babilonia, Quién se robó mi queso, FOCUS, Millonario al instante, Liderazgo basado en principios, Cómo administrar su tiempo, etc., y decenas y decenas de artículos al respecto, así como entrevistas con millonarios. ¿Por qué a los 53 años no he conseguido mis metas financieras? Por falta de una real planificación.

El tiempo pasa velozmente, y no hay nada más engañoso en esto que creer que hay suficiente. Tal pensamiento es un alucinógeno terrible, de los peores.

Los audiolibros del exitoso vendedor Brian Tracy (21 secretos de cómo los millonarios hicieron su fortuna y Las 21 leyes absolutamente inquebrantables del dinero), empiezan con una misma idea: “Piense usted en qué haría si tuviera todo el dinero del mundo, si pudiera realizar cualquier sueño y deseo que tuviera”. Eso es la primera pregunta que toda planificación personal debe hacerse: ¿qué quiero hacer con mi vida? Y pensarlo lleva a escribirlo en un papel.

No me gustan libros de motivación personal que enfatizan en el mero deseo intenso por una meta, como El secreto, pues terminan siendo un fraude, un engaño, pues no consiguen que la gente ponga los pies en el suelo y que entiendan que se trata de poner negro sobre blanco.

Las metas escritas implican investigar, preguntar, indagar sobre qué se necesita. Cuáles serán los obstáculos, los recursos materiales, humanos, financieros, y una vez toda la información recopilada, organizarla y calendarizar para obtener, en el momento que sea necesario, cada recurso.

Hay gente que ha pasado ahorrando muchos años para dar el primer paso, porque eran sus circunstancias, no había de otra forma, pero cuando al fin llegaron al día cero de la siguiente etapa, solo han subido y subido hasta ser exitosos.

Muchos no tienen que esperar tanto, pero requiere poner los pies sobre la tierra, incluso a edad avanzada.

La cultura popular dice: “Nunca hay que dejar de soñar”. Yo digo que sí hay que dejar de soñar y ponerse a planificar y a trabajar...y pronto.