En Honduras este gobierno de zurdos (de ñángaras como les decimos con poco cariño acá), sucedió algo muy peculiar hace poco. Hay una particularidad con estos zurdos de caviar, zapatos Ferragamo, trajes Givenchy y Rólex: a todos les gusta que les llamen ministros, no importa que solo estén en frente de una autónoma o una dirección. Es como si al gerente del ANDA le dijéramos ministro, solo porque tiene complejo de inferioridad.
Pues bien, volviendo al tema que me ocupa, uno de los muchachitos a los cuales José Manuel “Mel” Zelaya Rosales, mandamás del país aunque su esposa ostente la titularidad del Poder Judicial, lo premió; alguien que no pasa de los 30 años, Marlon Ochoa (que tiene en su currículo el haber prendido fuego a la entrada de la Embajada Americana acá en la capital) lo premió poniéndolo como director del Sistema de Administración de Rentas, lo que sería en mi país natal algo así como la Dirección General de Impuestos Internos (no sé si aún así se llama). ¿Qué sabe ese “güirro” (muchachito, niño) de impuestos?
El güirro es un petulante, grosero, no tiene filtros a la hora de hablar y es una caja de resonancia de lo que siempre repite hasta el cansancio Mel Zelaya, a pesar que debería mantener la cordura y la prestancia de un funcionario público.
Desde que lo premiaron, aún con todo y su cúmulo de ignorancia, odio y resentimiento para dirigir las políticas de recaudación de impuestos de la nación, se ha dedicado a tuitear, a pelearse con medio mundo. En una ocasión lo invitaron a disertar al Congreso Nacional y no hizo más que insultar a la oposición y a los empresarios, y bien, para ir aterrizando, en un tuit (que ya no se llaman así), les dijo a la ANEP de aquí, o sea, el COHEP: “Son una mafia de empresarios que es dominada por 10 familias, narcos evasores de impuestos”.
Linda la criaturita. ¡Cómo une al país! ¡Cómo esparce tranquilidad, paz y sosiego! ¡Cómo le dice a la inversión extranjera: “Vengan, vengan”!
El COHEP ya no pudo, porque es una jodedera de estos ñangarosos con el mismo discurso. Así que el director ejecutivo, mi amigo Armando Urtecho, le increpó y le hizo la invitación que lo esperaba este miércoles pasado en las puertas del Ministerio Público (nuestra FGR) para que llevara todas las pruebas contra el COHEP, porque fue a esta institución a la que acusó de mafia. Difícil la situación. ¿Cómo va a demostrar el cipotillo que es toda una estructura criminal?
Bueno, el día mencionado se llegó, pero para sorpresa de la gente normal y decente el ministrito arribó en un camión, él como copiloto. Parecía que traía cajas y cajas de prueba: no, solo fueron siete. Lo del camión fue puro espectáculo. Pero lo asombroso es que no fue el acto de un funcionario público que llegó al Ministerio Público a poner una denuncia para que se inicie una investigación penal formal contra un grupo de evasores fiscales. No, nada de eso. Lo que sucedió fue un show, un espectáculo, una mala puesta escena de un evento partidario, partidista. ¡Absurdo! Había hordas del partido LIBRE apoyando al ministro, llevó su atril oficial frente a la entrada del MP, dio su discurso con el mismo sonsonete: “14 años de narcodictadura, grupos oscuros, el imperio”, pero no habló nada del contenido de la denuncia, y para terminar de cerrar el vodevil agregó que esas familias se han reunido para planificar su asesinato. Paaaaar favor. Los millonarios de hoy en día no gastan pólvora en zope.
Pero bien, esa triste anécdota solo se las dejo como un ejemplo de las payasadas que estamos viviendo en Honduras. Algo muy feo está pasando. Se ha perdido la cordura y la decencia. Este es un gobierno de pura chuma. La Secretaría de Medio Ambiente colgó a la par de la bandera hondureña la bandera de LIBRE, como hacen los sandinistas. Todos los ministros y los que no lo son, pero igual les gusta llamarse así, y también los diputados, pasan incitando el odio en la red más basura de todas. Parece fosa séptica.
Para terminar este artículo, y ya les había mencionado lo siguiente: estos fascistas que gobiernan esa hermosa tierra, cuentan con grupo de choque, al que llaman “colectivos de LIBRE”, que llegan en sus motos a cerrar clínicas de salud públicas, hospitales, departamentales de Educación, cierran carreteras exigiendo lo que se les vengan en gana, sobre todo que les empleen a sus miembros y, lo peor, es que ni la policía, ni el ejército ni el mismo partido dicen nada, porque todo está ordenado por Mel Zelaya: crear caos.
Estamos en una de esas anarquías que sabemos que son previas a un desastre.