Así como las películas, no quiero evidenciar todo lo que se aprende en los módulos, eso sí, deseo informar sobre los objetivos que conlleva cada video, cada libro electrónico o enlaces que se leen. Este curso también lo deberían de recibir los docentes de los otros niveles educativos. Se aprende mucho.
Los módulos están divididos de la siguiente manera: Psicopedagogía y Neurociencia, Didáctica de la Educación Superior, Tecnologías de la Información aplicadas a la Educación Superior y Evaluación confiable y válida. Quizá muchos docentes tienen mucha experiencia, son maestros o doctores en pedagogía; sin embargo, siempre es importante aprender.
Cada docente tiene su estilo de enseñar, carácter y no debe dejar a un lado las tecnologías educativas, recordemos que el Metaverso y la Inteligencia Artificial vino a quedarse. En la actualidad, no puede haber un docente que sea reacio en aprender cómo elaborar un video, una presentación con Canva, un cuestionario virtual o crear un avatar. Lo que se pretende es estar en la vanguardia de las nuevas formas de enseñar.
Un aspecto muy relevante es que cada estudiante universitario es diferente, antes no había tanta inclusión, en la actualidad la heterogeneidad se evidencia en el salón de clases. Entonces, hasta en las evaluaciones se debe tener en cuenta que, cada alumno es un mundo, no todos tienen las mismas capacidades intelectuales.
Recuerdo que antes los docentes se vanagloriaban cuando muchos alumnos aplazaban su asignatura. Tomo a colación un eslogan de la Universidad Francisco Gavidia “Si vas a salir de la U que sea graduado”. Uno de los facilitadores mencionó que muchos docentes se “pasean en los alumnos” cuando por una centésima dejan la asignatura, por esa razón muchos se retiran de la universidad. Debemos reflexionar el esfuerzo que hace cada estudiante, trabajan, tienen su propia familia; además, los padres de familia se suman al esfuerzo para graduarlos. Ojalá que los docentes reflexionen y orienten a los alumnos que no van bien en sus calificaciones. Se trata de enseñar y no infundir miedo en los discentes.
En cada módulo se aprende aspectos importantes, nadie nace aprendido. Los cursos o certificaciones ayudan mucho en el proceso enseñanza-aprendizaje. Ser docente universitario no es solamente saber de contenidos, es de contar con las competencias idóneas para poder llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje.
Anteriormente, el MINEDUCYT solicitaba un diplomado en educación que duraba aproximadamente un año. Eso era el pasaporte para poder impartir cátedras en las universidades. Recuerdo que, en el diplomado de tutoría virtual, algunos docentes se retiraban debido a que no se atrevían a aprender tecnologías educativas. Hasta para hacer un video en You Tube implica tener un guion, la información y saber editarlo. Invito a los docentes a compartir sus conocimientos hasta en Tik Tok o alojar sus clases o crear un blog.
Todos sabemos que los estudiantes tienen en sus manos un teléfono inteligente; por lo tanto, el docente debe cambiar su forma de impartir las clases, debe ser constructivista, las clases deben ser más participativas. Los alumnos deben razonar, comprender y analizar para qué les servirá en la vida lo que están aprendiendo. Importante la pedagogía por competencias, su objetivo está centrado en el aprendizaje del alumno.
Muchas pedagogías por aprender y aplicar, desde Freire hasta Vigotsky, Tobón o Piaget. Los que enseñamos en la educación superior debemos cambiar de actitud, romper paradigmas y saber enseñar. La prepotencia y el ego se debe desechar antes de entrar al aula.
En conclusión, cada aprendizaje está orientado en temas de didáctica, pedagogía, tecnologías educativas y lo más valioso saber que no solo es de impartir clases, es de saber motivar, orientar, socializar, comprender cada inteligencia múltiple e inteligencia emocional. Muchos docentes imparten clases sin saber lo básico en pedagogía, una cosa es tener muchos conocimientos y otra es saber transmitirlos.