El transporte público de pasajeros se encuentra “en la mira” desde hace varias semanas, y no es para menos, es uno de los sectores que tienen los menores grados de aceptación en las diferentes encuestas de opinión, debido principalmente al mal trato a los usuarios, servicio deficiente, buses y microbuses en malas condiciones, abusos en el cobro de las tarifas, guardan las unidades antes de las 7:00 de la noche o antes en algunas zonas y rutas, hacen tercer carril, accidentes de tránsito, irrespeto al reglamento general de tránsito y otra serie de problemas que se generan no por todos, pero si por la mayoría de las rutas y empresarios.
Pero uno de los mayores misterios más ocultos en el país es ¿cuánto venden a diario?, ¿cuánto ingresan a diario a sus arcas? ¿Cuál es el nivel de ingresos mensuales y anuales a la industria del transporte público de pasajeros? Ni los buses, menos los microbuses y mototaxis emiten factura o ticket cómo se puede controlar por parte del Ministerio de Hacienda, el Viceministerio de Transporte, el Ministerio de Obras Públicas. Qué tipo de credibilidad o confianza existen en los reportes de ingresos que están reportando. Si no se tiene control sobre la venta en las unidades sin duda el reporte de ingresos o ventas queda a discreción de las empresas, cooperativas, asociaciones, personas naturales, y esto permite bajarse los tributos en concepto de impuesto sobre la renta. Además de posibles implicaciones de lavado de dinero.
Desde los inicios del presente siglo la extorsión de parte de las pandillas ha sido una de las fuentes de chantaje al presentarse como víctimas, que han utilizado algunas gremiales y algunos empresarios que les ha permitido negociar, manipular, y lograr beneficios con la clase politica y gobiernos de turno, pero sin duda siempre lo he sostenido, no en las cantidades millonarias que reportan mensual o a final de cada año, además que no denuncian. Pero tiene relación con la falta de control, inspección y supervisión del Estado sobre esta industria, este esquema de falta de control sobre el gremio ha sido uno de los beneficios al financiar campañas políticas en El Salvador para alcaldes, diputados, Parlacen, y en busca de la silla presidencial, porque han brindado sus servicios al brindar transporte para los votantes. Los dirigentes de los partidos y candidatos con sus aspiraciones de llegar o mantenerse en el poder también pactaron con algunos de ellos.
La extorsión al transporte público de pasajeros es real y persiste, ha sido uno de los grandes pilares de financiamiento y sostenimiento del crimen organizado y las pandillas en El Salvador. Pero ha sido una herramienta de chantaje a los tomadores de decisiones por que financiaron sus campañas de sus institutos políticos, y muchos de ellos y ellas estuvieron en el poder y acumularon riqueza por medio de actos de corrupción.
¿Cuántos diputados estuvieron y siguen en la Asamblea Legislativa gracias al financiamiento de la industria del transporte público de pasajeros? ¿Cuántos diputados y diputadas respondieron en las respectivas comisiones a los intereses de sus financistas y jefes el gremio de transporte público de pasajeros? Se recuerdan de los madrugones cuando la radio y televisión legislativa ya no tenían audiencia, la prensa se había retirado, se aprobaba una nueva compensación y prórroga a las unidades viejas y en malas condiciones.
Ahora que se habla de un nuevo modelo integral del sistema de transporte debe de regularse y controlarse la venta de los pasajes en toda la industria, y que paguen sus impuestos reales, que ayuden a la economía del país, por medio de billeteras electrónicas, aplicaciones en los teléfonos móviles, tarjetas de débito o cualquier otra tecnología, además de establecer la venta e ingresos reales, disminuirá al máximo la posibilidad que las pandillas y oportunistas cobren la extorsión en efectivo por medio de sus “postes y tontos útiles”.
