El hombre es atraído por el poder. Desea ejercerlo, pero al mismo tiempo suele rechazar el poder ejercido por otros, el ego subsiste con el reconocimiento de los demás. La refrenda presidencial del segundo periodo de 2024 a 2029 a favor del Presidente Nayib Armando Bukele Ortez no se trata de un asunto de ego, es de poder. Para alcanzar el objetivo político enunciado indiscutiblemente, previamente se elaboró un plan estratégico el cual se gestó a través del tiempo, no es un tema improvisado, porque las cuestiones de alto calado político no se pueden improvisar, porque de ser así nos colocan en una situación de error.

El conductor político fija claramente la visión antes de elaborar la maniobra, que es lo que constituye el objetivo político, en estos casos no hay documento elaborado expresamente, sino que deben ser deducidos de los movimientos ejecutados con anticipación, que van constituyendo pasos estratégicos, los cuales están sustentados en las propias convicciones de líder político, por lo que la determinación exacta de la decisión política de lanzarse al segundo periodo presidencial, es una determinación exacta, que constituye un acto eminentemente político, que personifica y da sentido al poder para acentuar una tendencia ya manifiesta en la escena política. Adivinar hacia donde soplan los vientos de la política, y la manera como ha de apuntar sus velas hacia un buen puerto, constituye un espacio de maniobra para hacer que las cosas sucedan y así transformar la sociedad, que es una mezcla heterogénea de individuos que tienen diferentes ideologías, creencias y manera de pensar políticamente.

Las acuciosas maneras de pensar para construir las estrategias para lograr el segundo periodo presidencial son consecuencias de hechos objetivos, apoyándose en la sensibilidad, sustentadas en la voluntad popular que abre un abanico de posibilidades caracterizadas en el primer periodo presidencial, como la ofensiva de una operación de proyección combinada que busca contener el avance de grupos organizados que desestabilizan el desarrollo de la sociedad.

El diseño de la estrategia que sustenta el segundo periodo presidencial es una operación política que representa una clave del poder, que ejecuta su propio mecanismo, que percibe objetivos estratégicos concretos que reflejan la realidad. Ejercer el poder político desde el Ejecutivo es un ejercicio concreto del poder, que reúne y pone en movimiento la influencia sobre los demás, lo cual es algo complicado de estudiar, porque abarca diferentes dimensiones y modalidades: 1. Acceso al poder. 2. Ejercicio del poder. 3. Nuevos comicios electorales que llevan al presidente actual a un segundo periodo presidencial. La legitimación del poder satisface su figura, porque le confiere autoridad y legitimidad al mandatario en el periodo presidencial. La historia del poder es una pugna de legitimidades en la cual se plasma un principio: hay un perpetuo canje de posiciones y argumentos, en el sentido que el poder político crea un régimen de verdad, es decir: Que todo gobierno necesita hacer creer en algo y de tal manera, en el devenir de su ejercicio participa directamente el mandatario en la escritura de la historia.

El segundo periodo presidencial por la vía electoral 2024-2029 es un proceso de construcción de consenso y poder, entre los sectores sociales que integran la sociedad salvadoreña, en el cual se materializa el poder y la visión de gobierno, es decir, que articula una instancia política y la materialización de esa instancia, que permite su ejercicio y además, expresa la capacidad de institucionalizar el mando y la autoridad del candidato presidencial, ciudadano Nayib Bukele.

Dicho lo anterior, se determina en la vigencia del segundo periodo presidencial una nueva estructura de relaciones de poder; y cuyo efecto político es la capacidad del control político de las instituciones, sustentada en una burocracia con sentimiento de identidad nacional, lo cual permite la continuación de la obra nacional, gobernabilidad que mantiene la cohesión social, el orden y el progreso de la nación. De lo que se colige, es necesario entender mejor la génesis y la construcción del segundo periodo presidencial y continuar construyendo un andamiaje institucional que genere la estabilidad suficiente para invertir y ordenar la administración pública, estabilidad política y un cambio en el estilo de ejercer el poder.