El alcohol no es una invención humana, sino un descubrimiento antiguo compartido por la humanidad en su historia, y tiene dos formas de ingresar al organismo: la primera es mediante fermentación, como se conoce, y la segunda, mediante un proceso industrial llamado destilación, para el que se requiere equipo especializado. Este proceso de destilación aceleró el desarrollo y la industrialización de las bebidas alcohólicas.

El proceso de absorción en el cuerpo humano es gradual y limitado, por lo que es fundamental consumir alcohol con moderación. Además, el alcohol etílico ingresa al cuerpo a través del esófago, llegando al estómago donde en un 10-20% aproximado pasa directamente a la sangre. El resto tiene que pasar una barrera o esfínter, el píloro, que al abrirse deja pasar el contenido del estómago al intestino. En el estómago, existen diversas variables y condiciones que pueden facilitar o retrasar la absorción del alcohol.

Durante el año 2023 se registraron en El Salvador un total de 154 homicidios intencionales de los cuales 54 fueron consecuencia de intolerancia social, 53 por delincuencia general, 47 por intolerancia familiar. Dentro de la delincuencia general el 6% atribuidos a grupos de pandillas criminales, lo que debe de llamar nuestra atención como sociedad es que del total de homicidios intencionales el 65.6% son producto de ambas intolerancias, y dentro de estas el alcoholismo ha sido protagonista. En reuniones de “amigos” que se reúnen con la intención de “tomarse un par” de pasarla bien finaliza en amenazas, lesiones con arma blanca o de fuego, llegando al homicidio. Que decir en su mayoría hombres que llegan bajo los efectos del alcohol etílico a casa a desarrollar violencia intrafamiliar y contra la mujer.

Si solo el 6% de los homicidios intencionales fueron cometidos por pandilleros y sicarios, y un 43% aproximadamente por delincuentes común quiere decir que, aunque desaparecieran estos factores criminógenos, nuestro país registrara un importante número de homicidios por intolerancia relevante. En esta oportunidad me refiero a los daños y efectos del alcohol etílico como uno de los factores desencadenantes de violencia en una sociedad donde prevalece el machismo y cultura patriarcal.

Las leyes, normativas y regulaciones que regulan toda la actividad de las licorerías, cervecerías, bares, expendios, cantinas, y otros como tiendas en las colonias ha favorecido a la industria del alcohol etílico, son normativas que las municipalidades son las primeras en incumplirlas y facilitar el establecimiento de puntos de venta, negocios, cervecerías y otros encubiertos bajo el rotulo de restaurantes, ahora las y los ebrios están en los centros comerciales frente a niños, niñas y adolescentes, y todo aparenta ser normal, en las proximidades de centros educativos, y en las esquinas de las comunidades, barrios, colonias las y los consumidores están al aire libre tomando licor, y que decir de la publicidad en los medios de comunicación y redes sociales sin regulación. Discotecas donde adolescentes quedan tirados al interior y exterior. Además, hay repercusiones de muertes violentas en accidentes de tránsito y homicidios culposos por conducir bajo efectos de las bebidas alcohólicas.

El primer mes del presente año ha finalizado, y se registran homicidios intencionales como consecuencia de la ingesta del alcohol etílico en cualquier presentación, la mayoría han sido a causa de la embriaguez y la influencia en la o las personas involucradas, se debe dar a conocer las consecuencias, las enfermedades, los daños irreversibles a nivel del cerebro sobre todo en adolescentes y jóvenes, no una vida falsa de éxito, de mujeres, de excesos, de lujos, de amistad.

El consumo de alcohol etílico provoca adicción, compulsión, deseo intenso por la próxima copa. Requiere una campaña educativa desde la primera infancia, niñez, adolescencia y juventud para prolongar hasta la etapa adulta y que cada persona debidamente informada pueda decidir según su libre albedrio el momento de consumir. El alcoholismo es una enfermedad, y lleva a la muerte, al hospital, la cárcel y a desintegrar la familia. Suficiente intolerancia existe en nuestra sociedad para agregar el alcohol y el machismo.