El amor es la fuerza más poderosa que mueve el universo, dado que por amor una madre y un padre se quitan el bocado de la boca para darlo a su hijo, por amor una madre y un padre se sacrifican largas jornadas laborales para que no falte el pan en su hogar. Por amor, un padre y una madre entregan su vida para que uno de sus hijos no muera, en otras palabras no hay nada que un padre y una madre no hagan por sus hijos con el fin de evitar el sufrimiento en sus vidas. Por ello en Isaías 66:13 dice: “Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo”.

Si los seres humanos siendo imperfectos logramos amar a nuestros seres queridos con intensidad, ahora imaginemos por un momento la inmensidad del amor de Dios que nos ha amado con amor eterno. Asi lo dice Isaías 49:15 y 18. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.......Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

De manera que el amor de Dios el Padre fue expresado a la humanidad al entregar a su hijo Jesucristo, quien fue obediente hasta la muerte en la cruz del calvario. Juan 3:16-18 dice así: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

De tal manera que en este tiempo que se recuerda la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesucristo, no es una historia que debe de tomarse a la ligera ni verse a través del cristal de la religiosidad, sino que se tiene que interiorizar en la mente y en el corazón de cada individuo, para no olvidar ese sacrificio tan hermoso que hizo nuestro glorioso Señor Jesucristo, y comprender que ahora todos los seres humanos tienen al alcance la salvación y vida eterna que solo proviene del hijo de Dios. Evidentemente las personas confunden Semana Santa, con libertinaje, vacaciones, carnavales, alcohol y drogas.

Pero cuan errados estamos como humanidad, que no sabemos distinguir la mano derecha de la izquierda y estamos viviendo como si nunca moriremos, por esa razón nadie piensa en la muerte o a lo mejor hacen a un lado ese tema y lo van posponiendo como si se tratase de algo sin importancia, hasta que finalmente la muerte llega a su puerta y es ahí donde se dan cuenta que las riquezas, el poder, los bienes, la fama, los títulos académicos y las empresas no sirven para nada, porque así lo dice 1 Timoteo 6: 7 “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”

Esta enseñanza la aprendemos del Señor Jesucristo cuando nos advierte a que no ocupemos el tiempo en las cosas pasajeras y perecederas de la vida. Mateo 6:27-30¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

De manera que ahora es importante ocupar nuestro tiempo en buscar del Señor Jesucristo, quien dio su vida por nosotros y atrevernos a pensar que tarde o temprano partiremos de esta tierra por lo tanto nuestras energías deberían estar enfocadas en ciudad la salvación con temor y temblor. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sinohaceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21)