Entre las innumerables imágenes y videos inconcebibles que documentan la brutal y atroz masacre perpetrada por Hamas el 7 de octubre, la organización terrorista más letal de nuestros tiempos, se destaca un audio en particular que arroja luz sobre la cruda realidad del conflicto israelí-palestino. Más allá de las imágenes impactantes que quedaron grabadas en la mente, sin dejar alivio, este audio encapsula de manera vívida la esencia del conflicto.

“Hola papá, te llamo desde MIFLASIM”, grita uno de los terroristas palestinos que usó el teléfono de una de sus víctimas para llamar a sus padres. “Abre tu WhatsApp y mira todos los que asesiné, papá, míralos”, gritó agitado. “¡Mira cuantos maté, con mis propias manos! ¡Tu hijo mató 10 judíos, papá!”, siguió el asesino exclamando con orgullo.

“Que dios te bendiga hijo”, responde el padre entre gritos. “Papá”, seguía el palestino con emoción, “te estoy llamando desde el teléfono de una judía. La mate a ella, a su esposo. Con mis propias manos, papá, maté a 10 judíos”.

En el fondo, se escuchan sus padres en llanto de alegría. Durante 2:53 minutos, el asesino celebra su logro con inmenso orgullo; Pero incluso más atroz, es quizá escuchar el emotivo llanto de su madre. “Ojalá estuviera contigo, hijo. Mata. Mata. Mátalos”.

Desde hace décadas, el sistema educativo palestino ha creado generaciones de odio. Niños en kínder y escuela van a campamentos vestidos como “hombres bomba” simulando como asesinan violentamente a soldados y civiles judíos.

En julio del 2022, cientos de miles de niños y jóvenes palestinos entrenaron, como cada año, en los campamentos de verano. Pistolas, cuchillos, simulaciones de ataque a “sionistas” fueron el corazón latente del campamento.

El Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia Cultural en la Educación Escolar analizó más de 10,000 páginas de nuevos materiales de enseñanza producidos por el Ministerio de Educación Palestino, los cuales son enseñados en escuelas de Cisjordania, Gaza e instituciones afiliadas a UNRWA.

Los resultados fueron asombrosos: el currículo de quinto grado instruye a los estudiantes que “realizar el Yihad” - es su deber personal. En décimo grado, se les enseña a los estudiantes que el “Yihad” es una “obligación personal para todo musulmán”.

A los estudiantes de noveno grado se les enseña que los judíos son engañosos, traicioneros y pecaminosos. Incluso se les encarga identificar “algunas características de los judíos”. Los libros escolares palestinos no dejan duda: delegitimación, demonización e inducción a la lucha violenta contra Israel - es su eje principal.

La demonización de los judíos se lleva a cabo incluso fuera del contexto del conflicto con Israel, al retratarlos como enemigos de los profetas venerados en el islam, como Moisés, y Mahoma. Esto automáticamente los coloca en el campo de los malvados y aviva aún más el odio entre los estudiantes en el contexto del conflicto.

Ni siquiera Micky Mouse queda fuera: En el canal de televisión “Al-Aqsa” de Hamas en Gaza, un programa infantil llamado “Los Pioneros del Mañana” presenta una marioneta con forma de oso llamada Natzur (Vencedor), que incita de manera explícita a matar judíos y degollarlos para expulsarlos de la “tierra palestina”. En otro programa, se ve una marioneta llamada Farfour con la figura de Mickey Mouse, llamando incitar fuertemente contra Israel y el pueblo judío, promoviendo los atentados suicidas entre los niños.

Es innegable que el camino hacia la paz en Medio Oriente solo podrá trazarse cuando se erradiquen las enseñanzas llenas de odio del sistema educativo palestino, que ha estado adoctrinando estratégicamente a millones de niños con hostilidad durante décadas. Los asesinos en la masacre del 7 de octubre, son los mismos muchachos que años atrás vieron a Micky Mouse adoctrinándolos a “liquidar a los malvados judíos”.

Mientras las mentes jóvenes continúen siendo moldeadas por el odio y los padres sigan sintiéndose orgullosos de las acciones brutalmente violentas de sus hijos contra los judíos, la solución al conflicto seguirá siendo inalcanzable. La comunidad internacional debe mantener su firmeza en la demanda de una reforma educativa inmediata en Palestina, ya que esta es la única forma de allanar el camino hacia una auténtica coexistencia y una paz duradera en la región.