Sin embargo, hay un tema que está dando de qué hablar. El presidente Bukele se reunió con Trump en la Oficina Oval. Lo que todo salvadoreño esperaba, tanto los que viven en territorio salvadoreño como la diáspora que vive en Estados Unidos, es que se hablase del TPS, es que hablase sobre la situación de tantos migrantes indocumentados. Sin embargo, el protagonista fue Kilmar Ábrego García.
Quizá se necesite de otra reunión en donde se converse mejor sobre las políticas migratorias, el comercio exterior y reforzar el Tratado de Libre Comercio TLC. De Estados Unidos no podemos desligarnos, aunque China ha sido estratégico en afincarse lentamente en el país. Pero tal parece que nuestro presidente no aprovechó al máximo para abogar por la tan mencionada diáspora que tanto le apoyó.
En esta época en donde se respira paz y tranquilidad lo que todos queremos es que haya desarrollo en el país. Cuando un mandatario de un país Latinoamericano se reúne con el presidente de Estados Unidos debe de llevar apuntados en su agenda temas importantes que tratar.
Fue bochornoso ver al congresista demócrata, Van Hollen, haber realizado un viaje desde Estados Unidos y no lo dejasen entrar al Centro de Confinamiento del Terrorismo CECOT. Lo único que anhelaba era abogar por el ciudadano Kilmar, el cual no es un simple caso de política o derecho internacional. Al final se pudo reunir con Kilmar.
Las cosas pueden cambiar si Trump mueve las piezas del ajedrez. Se escucha decir que tenemos en El Salvador un nuevo Guantánamo o que el CECOT sería territorio estadounidense. ¿Tendrá más problemas el gobierno de Trump si continúa mandando presos a El Salvador?
Lógicamente, a Trump lo que le interesa es que en El Salvador existe una mega cárcel en donde ya está mandando a migrantes. Presos que supuestamente pertenecen al Tren de Aragua o migrantes de otros países.
Trump y Bukele se dieron la mano, Bukele ha sido estratégico y sabe bien que tiene a la CECOT para convencer a Trump. Es una relación por conveniencia. Actualmente, no solo tenemos a trabajadores en Estados Unidos, ya sea con o sin documentos legales. Hoy tenemos una cárcel que es como un panal de interés para el gobierno de Trump.
Voces internacionales han discutido que se esté mandando a ciudadanos de otros países a El Salvador. Tal parece ser que será el tema del año. Unos dicen que tenemos un pequeño Guantánamo. Además, ya se habla de canjes, como si los seres humanos fuesen objetos.
Los congresistas demócratas han venido a El Salvador para solucionar el caso del ciudadano Kilmar, quien no es solo salvadoreño, es residente estadounidense. Cuando un ciudadano de Estados Unidos tiene un problema, no importa en donde esté, las autoridades activan las alarmas. Este caso me hace recordar el hijo de un compañero de trabajo, el gobierno de las barras y las estrellas lo andaba buscando, deseaba saber cómo estaba.
En otro contexto, hay más casos parecidos al de Kilmar, los presos de supuestos miembros del Tren de Aragua. El gobierno de Venezuela manifiesta que los tienen secuestrados en el CECOT. Tal parece que tendremos casos en donde la política internacional esté interviniendo.
No se sabe qué final tendrá el caso de Kilmar, es una situación que ha desatado polémicas, dudas y una confrontación de derecho internacional. Algunas voces están abogando por Kilmar. Lo cierto es que este caso será el emblema para muchos que traerán deportados y los meterán presos al CECOT y el cual dejaría un inmenso vacío jurídico a nivel internacional.
* Fidel López Eguizábal es Docente Universidad Francisco Gavidia
flopez@ufg.edu.sv