El derecho no dice, no explica que es la política; porque ésta disciplina estudia la normativa que regula la convivencia entre las personas. La ciencia política, estudia las estructuras, los procedimientos y procesos para alcanzar y desarrollar las decisiones políticas y de manera especial el estudio del poder político. Así mismo el derecho se proyecta en el deber ser y no en el funcionamiento real de la política, sin embargo, el derecho dicta las normas que regula el poder y su ejercicio; por otra parte, la política y el ejercicio del poder también regulan la política misma.

El problema central de la política son las pugnas y su lucha hegemónica en el control del poder. En la política y el poder haya su máxima expresión los antagonismos ideológicos, los intereses de grupo, en los asuntos de gobierno en combinación con la organización del Estado. En la vida práctica son inseparables el poder y la política aun cuando en la actualizada la globalización como estrategia de dominación tiende a separar la política del poder, estas categorías políticas existen juntas y actúan conjuntamente en la expresión concentrada del poder.

La política está subordinada a los intereses de las clases que domina económicamente, así percibimos que la política ayuda a la consolidación del poder político, que a su vez protege el régimen económico. Las relaciones del poder son productos de nuestra historia y se articulan en los diferentes espacios y niveles. Lograr el poder no significa necesariamente ejercer el poder de diferente manera, es posible seguir gobernando con las mismas reglas del poder que usaron régimen anteriores, así analizamos que existe un poder político formal, que es otorgado por cargos públicos en las instituciones del Estado y se denomina poder institucional, también identificamos el poder informal que es el que se va conquistando en la medida que se tiene capacidad de controlar la correlación de fuerzas favorables a los intereses propios de los que ostentan el poder político de tal manera que el poder permite o facilita la consecución de objetivos estratégicos, la satisfacción de necesidades e intereses, es por ello que las personas que ostentan cargos en las instituciones del Estado buscar alcanzarlos por medios constructivos o destructivos; un ejercicio destructivo del poder supone entonces que algunos sujetos políticos impiden consiente o inconscientemente la consecución de intereses y necesidades de la mayoría ciudadana, ante tales circunstancias las decisiones políticas se toman sin tomar en cuenta las necesidades y los intereses de otros, imponen estas decisiones con violencia si es necesario o usando otros mecanismos de presión, por eso cuando hay un ejercicio constructivo del poder, prevalecen las relaciones de cooperación de polaridad, donde se expanden o comparten las fuentes del poder, y las partes se ayudan mutuamente de esta manera el poder se va transformando.

Si se debe de quedar claro que el poder político no es para siempre, se podrá acumular poder, pero esto a su vez es engañoso, porque la oposición política al gobierno de turno siempre esta atenta a los desatinos y desaciertos en las tomas de decisiones que contienen error político es en este caso que las sombras del poder perciben a los ex funcionarios dando como resultado que el derecho le debe su existencia al poder, por tal razón no se debe separar la política del poder.

La persecución de la ley busca la legitimidad de las riquezas que ostentan ex funcionarios y se colocan en el centro de la discusión política, así vemos como el poder es una presencia constante en la vida practica de las sociedades. En todo este bamboleo político el miedo a perder el poder es un motivador para caer en el juego de las simulaciones y apariencias que en la practica se van retroalimentando por si solas, de manera que de una vez instalada tales estrategias es casi imposible salir con acciones razonables y que el algo que parece razonable se exagera y se convierte en una trampa que impide tomar decisiones de manera eficiente. El humo esconde el fuego.