Un párrafo del himno nacional de Venezuela exhorta a los nacionales a seguir el ejemplo de compromiso con la libertad que “Caracas dio”, muestra que se repite en el presente por la masividad y espontaneidad con la que la población, desde todos los rincones del país, respalda a la dirigente María Corina Machado en su esfuerzo por sacar del gobierno a Nicolas Maduro y sus testaferros.

Me siento muy orgulloso cuando veo a cientos de miles de ciudadanos ignorando las limitaciones impuestas a la campaña electoral por la autocracia de Maduro y Diosdado Cabello. Esos hombres y mujeres saben que están siendo identificados y pueden ser víctimas de la represión, al igual que quienes les convoca. Los déspotas nunca perdonan a quienes le retan. Por otra parte, hay que reconocer con no menos orgullo que los venezolanos han encontrado una inspiración en María Corina Machado. La labor de la oposición es muy complicada, máxime, cuando se enfrenta al despotismo, razón por la cual, concretar un liderazgo que interprete a una mayoría comprometida dispuesto a cumplir con la encomienda a como dé lugar, es un lujo de poder que muy pocos pueblos han podido darse.

El compromiso con la libertad y la democracia de esta señora es difícil encontrarlo en la historia, y aunque como afirma el periodista Alexis Ortiz, “María Corina será la presidenta de todos los venezolanos por elección popular en algún momento de nuestro futuro” afirmación que no pongo en dudas, es arduo localizar casos en los que un aspirante con tan notable capacidad de convocatoria respalde sin reparo a otro pretendiente por tal de alcanzar el objetivo común de la libertad de todos.

El amor de Machado por Venezuela es incuestionable. Ha hecho dejación de su liderazgo por tal de no negar el triunfo de la democracia si este es posible. Un ejemplo, que deberían seguir los opositores al castrochavismo en Bolivia, Nicaragua y Cuba y hasta el resto de la propia oposición venezolana.

El pueblo venezolano en pleno, al igual que el nicaragüense, boliviano y cubano ha sido víctima de una organización internacional de criminales que comparten tácticas y estrategias para lograr y mantenerse en el poder con cualquier subterfugio a su alcance, siempre, prefiriendo la represión y la violencia.

Es fácil de apreciar como estos regímenes comparten información y técnicas de control social a través de las similitudes en sus prácticas represivas y legislaciones, así que, es de suponer, que funcionarios cubanos que a través de los años han asistido a los represores venezolanos, estén en el presente participando en las restricciones que han sido impuestas a la campaña de la oposición, particularmente en los controles a los que someten a María Corina Machado, sin dudas, una tentación para los sicarios más viles del castrochavismo, porque los represores también comenten crímenes.

Machado, ha sido capaz de interpretar como ningún otro líder de la oposición, el espíritu de rebeldía de todas las personas que se sienten libres en su país y que salen a las calles a reclamar sus derechos. Venciendo, los naturales miedos que genera una lucha en la que el enemigo no conoce de escrúpulos.

No obstante, confieso no ser optimista y creer que los enemigos de la democracia, los castros chavistas lo son, nunca reconocen los derechos de los otros y siempre están dispuestos a cualquier patraña para mantenerse gobernando y pueden decidir, con cualquier pretexto, suspender los comicios o inhabilitar a González tal y como hicieron con Machado. Además, el gobierno de Maduro y sus criminales asociados son conscientes del amplio respaldo popular que con sobrada constancia, coraje y dignidad se ha ganado María Corina Machado, y que respetar la voluntad del electorado los puede sacar del poder con todas las consecuencias que de tal suceso se derivarían, lo que podría resultar en negar la victoria de sus contrarios.

En base a este escenario negativo, me pregunto, ha pensado la oposición, la propia Machado, qué hacer si los déspotas actúan en base a sus condiciones antidemocráticas y niegan su derrota. Hay alguna estrategia por parte de la oposición para reclamar la victoria si esta es racionalmente irrebatible. Si Maduro se perpetua en el poder una vez más, no creo que el pueblo vuelva a creer en elecciones.