La Santa Sede ha anunciado que la reunión de los señores Cardenales de la Iglesia que elegirá al sucesor de San Pedro y heredero de Francisco, dará inicio el 7 de mayo. Tradicionalmente, a esta reunión se le denomina cónclave(del latín cum clave, es decir, "con llave"), en alusión al encierro obligatorio de los Cardenales hasta que se elija al nuevo Romano Pontífice.

El deber ahora de los cardenales es llegar a Roma, instalarse, conversar entre ellos para conocerse mejor, acudir al Espíritu Santo y discernir quién será el elegido. Por la mañana del día 7 se celebrará una Santa Misa especial, denominada Misa pro eligendo Pontifice. Por la tarde, los cardenales electores entrarán a la ancestral Capilla Sixtina. Una vez que haya ingresado el último, el Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias proclamará el "extra omnes", ordenando que todas las personas no autorizadas abandonen la capilla.

Durante un cónclave, los cardenales electores están sometidos a restricciones estrictísimas de confidencialidad y aislamiento, con el fin de preservar la libertad y el secreto del proceso de elección papal. Tienen prohibido: el uso del celular, computadoras, radios o cualquier medio electrónico, dar o recibir información del exterior, hablar públicamente o filtrar detalles del cónclave y llevar documentos personales o tomar notas sin autorización.

Después de las oraciones y la ceremonia de apertura, se llevará a cabo la primera votación en la tarde del miércoles. A partir de ese momento, se realizarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde de cada día, según la tradición. A modo de referencia, la duración es muy variada.

El papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) fue elegido en laquinta votación del cónclave de 2013: una se realizó la tarde del primer día y, el segundo día, fue elegido en la cuarta votación. El papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) fue elegido en la cuarta votación del cónclave de abril de 2005, es decir, en la primera de la tarde del segundo día.

El papa Juan Pablo II (Karol Wojtyła) fue elegido en la octava votación del cónclave de octubre de 1978, en la tarde del tercer día. El papa Juan Pablo I (Albino Luciani) fue elegido en la cuarta votación del cónclave de agosto de 1978, es decir, en el segundo día.

El papa Pablo VI (Giovanni Battista Montini) fue elegido en la sexta votación del cónclave de 1963, al tercer día. El papa Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) fue elegido en la undécima votación del cónclave de 1958, tras cuatro días de deliberación.

Al finalizar cada votación, las papeletas son quemadas para comunicar el resultado al exterior. Si el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina es negro, significa que no se ha llegado a un consenso. En ese caso, se debe esperar a la siguiente votación.

Para que un papa sea elegido, se requiere una mayoría calificada de dos tercios (2/3) de los votos de los cardenales electores presentes. En esta elección, se estima la participación de 130 cardenales, por lo que se necesitarían poco menos de 90 votos para elegir al nuevo pontífice.

Cuando se alcanza el consenso y un candidato recibe los votos necesarios, se le pregunta si acepta la elección. En caso afirmativo, se le consulta qué nombre papal asumirá. Luego se retira a cambiarse de vestidura para aparecer en el balcón de la Loggia de las Bendiciones, desde donde se pronuncia el famoso “Habemus Papam”.

El cónclave más largo de la historia fue el que eligió al papa Gregorio X en 1271, y duró casi tres años (noviembre de 1268 a septiembre de 1271). Fue tan prolongado que las autoridades locales encerraron a los cardenales, redujeron sus raciones de comida al mínimo e incluso quitaron el techo del edificio para forzarlos a decidir. Por el contrario, el cónclave más breve fue el de Clemente IV en 1265, que duró solo un día. Conviene rezar y tener paciencia.

• El padre Fernando Armas Faris es sacerdote católico