El hijo de los Dioses se ha levantado temprano y se prepara para ir a la escuela. Cada mañana, metódicamente, se levanta a las 5 y media, se mete en la ducha y se lava los dientes. Se viste, desayuna con su madre, platican sobre los planes del día, luego coge su mochila, y sale de casa a esperar el transporte que lo llevara al Externado de San Jose, colegio jesuita que lo acoge desde hace un año. Con casi dos mil alumnos, es uno de los colegios con mayor prestigio educativo del país. Santiago, había sido catedrático y todavía mantenía una amplia gama de contactos. Fue a través de dichos contactos que logro que aceptaran al hijo de los dioses como alumno regular, a pesar de sus limitaciones económicas. Aunque también influyo la medición de la capacidad intelectual del niño. El cura Aurelio, actual prefecto de estudios primarios, se quedó boquiabierto, luego de la prueba de inteligencia y la entrevista realizada.
¿Pero Santiago, de donde has sacado a este prodigio? Ni más ni menos Aurelio, de las profundidades del Esteron, allá en la Unión. ¿Impresionante, ah? Santiago, no pudo suprimir una leve carcajada. Y nuestro presidente, continuo el cura Aurelio, regalando pasaportes a extranjeros. A lo mejor y debería comenzar con las promesas locales e invertir ahí sus bitcoins. Le saldría mucho más barato y sostenible en el tiempo al país, esos cheles que se quieren traer, ¡son surferos pelo pintado!
¿Como está el príncipe el día de hoy? lo saludo su amigo Andrés, al verlo llegar. No me llames así, Andrés, bien sabes que no me gusta. ¿Pero qué te pasa, guey? bromeo Andrés.Disculpa, Andrés. Es que a veces me canso de las formas y conductas de la ciudad, y no la debo pagar contigo. Pero si, a veces pierdo la paciencia con el discurso humillante y ridículo del bullying de algunos compañeros. Príncipe no soy, solamente el Hijo de los Dioses. De todos modos, no lo entienden ni nunca lo entenderán.
En este nuestro mundo patriarcal, logocentrico y falocentrico, ellos son lo que hablan, y me resisten porque, básicamente en el fondo, me tienen miedo. Por eso me humillan, por eso quieren quebrar mi espíritu, por eso me marginan y me manchan de “diferente”. El problema es que este tipo de violencia siempre es progresiva, culminando con una violencia física, muchas veces fatal. Con este tipo de gente, no se puede razonar, son pura emoción, Andrés. Por ello no entiendo porque gobiernos como el nuestro tratan de esconder la existencia de este tipo de problemas en nuestra sociedad.
Como bien dicen por ahí, el que obra el mal aborrece la luz. Bueno Cristóbal -así le llamaban al Hijo de los Dioses en el colegio- tampoco es para tanto, que príncipe tampoco es un apodo feo. Si entiendo que ellos tratan de humillarte, pero lo mejor es no hacerles caso, ignorarlos, ya se les pasara.
Seriamente me preocupa, Andrés, que vivimos en un país con un gobierno de poetas, donde están creando un mundo fantástico, y lo peor que se lo toman muy en serio. Y no te creas que mienten, no, para nada, no mienten. ¿Como es posible mentir en una obra de ficción?