La política es definida como el arte de gobernar, o, el arte de lo posible, desde la antigüedad. Filósofos y pensadores como Platón y Aristóteles, o el mismo príncipe Maquiavelo, conceptualizaron sobre gobernabilidad; y a partir de ahí, también se han popularizado frases de reclamo como: “De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”, “No hay mayor fraude que una promesa incumplida” y “Los mentirosos hacen las mejores promesas”.

Tras cuatro años de gestión de Bukele, los medios de comunicación documentaron sus promesas incumplidas, entre las que sobresalen: La oferta anunciada el 28 de agosto de 2020, previo a las elecciones de legislativas de 2021, de un programa por un monto extraordinario de un billón de dólares para financiar emprendimientos. Esta promesa fue muy esperanzadora en una economía donde la informalidad alcanza el 62%. Tres años después, no pasó nada. El 21 de junio de 2020, Bukele se comprometió a establecer un nuevo lugar para el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), después de utilizarlo para el fallido Hospital El Salvador, sin que a la fecha se tengan resultados.

El 4 de agosto de 2020, Bukele lanzó la iniciativa de concluir en un año la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral. Hoy se sabe del estado de abandono de la obra, debido a las diferencias con la empresa constructora que abandonó el proyecto con el consecuente retraso. En materia de salud, el 27 de agosto de 2020, Bukele ofertó construir la Unidad de salud en La Isla Tasajera, departamento de La Paz. La oferta incluía la Unidad de Cuidados Intensivos, pero a la fecha todo sigue en promesa. También quedó en promesa la construcción del nuevo Hospital Rosales y del Hospital de la región norte en Nejapa, proyectos con los que buscaba proyectar su nuevo sistema de salud. Lo anterior, a pesar de que se sabe que el Gobierno cuenta con el financiamiento de un crédito por 170 millones de dólares del BID.

En educación y capacitación, el 02 de junio de 2019, Bukele ofertó el montaje de una Universidad Técnica con las características de un gran centro de capacitación, que estaría ubicado en el Centro de Ferias y Convenciones (CIFCO), para formar 100,000 jóvenes, ofreciendo así oportunidades a los sectores más vulnerables. A la fecha, nada. El 19 de octubre de 2019, Bukele anunció un ambicioso programa de 6000 becas para educación superior, incrementando 500 becas por mes, también quedó en promesa. De igual manera, se comprometió a elevar el presupuesto de la Universidad de El Salvador del 1,6% hasta superar presupuestos universitarios de la región como el de Costa Rica, que asigna el 6%. Esa misma oferta incluyó una flamante Residencia Estudiantil en el campus universitario y la construcción de tres subsedes universitarias en los departamentos de La Unión, Ahuachapán y Chalatenango. Lejos de eso, hoy el Gobierno deuda de 24 millones de dólares a la UES de los años 2022 y 2023.

Promesas de Bukele en infraestructura educativa: el 30 de septiembre de 2021 de las ganancias del Bitcoin ofreció construir 620 escuelas en tan solo un año, de esto no se sabe nada. También el 7 de septiembre de 2022, Bukele amplió su promesa para remodelar 5,150 escuelas, a razón de mil escuelas por año, para entregar dos escuelas por día. Otra promesa sin cumplir. Con el sector agropecuario, Bukele incumplió su promesa del 01 de mayo de 2021, cuando aprobaron el Fideicomiso para la Seguridad Alimentaria (FIDESA) por 650 millones de dólares y el Fideicomiso para el Rescate del Café (FIRECAFE) por 640 millones de dólares. Dos años después, ambos fideicomisos son papel mojado, no cuentan con financiamiento; a esto suma el incumplimiento en la expansión de los sistemas de riego y la falta de una estrategia para la seguridad alimentaria.

A esta lista de incumplimientos de Bukele debe incorporarse el flamante Aeropuerto de Oriente, Ciudad Bitcoin y el estrepitoso fracaso de inversiones en criptomonedas. Sin olvidar el “blof” del despampanante proyecto Surf City, un montaje mediático oportunista encaramado en el sacrificio de emprendedores privados de la región costera, que arriesgan sus inversiones sin que el Gobierno asuma programas concretos de acompañamiento. Fracasaron la iniciativa de la Comisión Internacional contra la Impunidad y la Corrupción en El Salvador (CICIES), ahora abortada; impusieron candados que impiden el acceso a la información pública. Todas promesas incumplidas, sin embargo el dinero fue gastado, y Bukele incrementó el endeudamiento público en 6,426 millones de dolares. Como dice su consigna: “El dinero alcanza cuando nadie roba”?.
Explíquennos.