Al crear Dios a todos los animales, les asignó capacidades especiales a cada uno de ellos para que se mantuviera un equilibrio adecuado en la tierra, por ejemplo, a la gacela la hizo débil frente al león, pero el león es lento a la par de la gacela, la serpiente carece piernas, pero el veneno que posee es tan fuerte como para matar a un búfalo. Cuando creó a las ovejas las dota de ciertas características que si lo vemos en términos concretos tendrían mas desventajas que ventajas. Ya que la oveja es uno de los animalitos mas débiles que hay, siendo cuasi-ciega, es decir no ve a más de dos o tres metros de distancia.

La oveja es más torpe que el resto de animales que existen, dado que no tienen la habilidad de poderse defender por sí misma ni es capaz divisar el peligro, de modo que siempre necesitan a su pastor. Por eso es tan importante que cerca de cada rebaño haya un pastor que proteja la vida de las ovejas. No obstante, esta dependencia al pastor, la convierte en un animal obediente, siempre está atenta a la voz y a la dirección de “su” pastor. No obedece la voz de cualquiera, sino que atiende sólo a la de su pastor. El pastor las lleva a veces a pastar guiándolas con una vara alta, llamada cayado.

Aunque algunas ovejas parecen gordas, ciertamente son frágiles, dado que el volumen de la lana las hace ver fuertes, pero al esquilarla queda un animal completamente diferente, se ve delgado, pero sobretodo queda en evidencia su fragilidad. Así mismo la oveja es “inútil”, ya que no puede valerse por si mismo, depende en todo de su pastor. En ocasiones cuando se sale del aprisco, puede meterse en tremendos problemas, por ejemplo, si se queda atascada o ensartada en una cerca o arbusto, no podrá salir de ahí, porque carece de inteligencia para hacerlo, por ello necesitará a su pastor para que la rescate.

Además de lo anterior las ovejas son vulnerables a intoxicarse con facilidad, es decir que el pastor debe de tener mucho cuidado en el campo donde las conduce, ya que tiene que limpiar los pastizales, arrancando las yerbas amargas, las plantas venenosas y aquellas especies de arbustos que contienen espinas. De la misma manera al llevarlas a beber agua a los riachuelos debe de verificar las orillas donde las manadas de alces y otros animales les gusta defecar, lo cual produce que las aguas estén turbias, esto podría producir una intoxicación en la oveja, cuya consecuencia es la muerte.

De manera que, al ver las características de las ovejas, podríamos decir que se encuentra en desventaja frente al resto de animales, pero lo que es un tanto controversial es que de todos los animales de la creación, Dios no nos compara con la fuerza de un león, ni con la habilidad de un mono, ni con la velocidad de una gacela, mucho menos con el poder de un tigre, ni con la grandeza y fortaleza de un elefante, sino que nos compara con una oveja y esto es así: porque los seres humanos somos iguales que las ovejas: débiles ante el pecado, ciegos ante las trampas de satanás, indefensos ante las tentaciones.

Inútiles ante las estrategias de Satanás, para sacarnos del buen camino, y conducirnos por el error y lo que es peor nos cuesta salir de los enredos en los que nos metemos por nuestra propia voluntad y ahí nos enteramos que sin el pastor de pastores que es el Señor Jesucristo, es imposible salir de esos caminos torcidos. De modo que al igual que las ovejas tendemos a ser torpes en la toma decisiones, en los malos negocios que nos metemos, en la elección de los amigos y los socios que elegimos para hacer negocios. Nos intoxicamos con facilidad de los placeres y lo que vemos a través del internet o en el televisor.

Pero tenemos una sola ventaja al igual que las ovejas que supera todas las desventajas juntas, es que si le pedimos al Señor Jesucristo que sea nuestro Pastor, podremos superar cualquier obstáculo que ahora nos agobia, para que cobre sentido el Salmo 23:1-4. Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.