La idea de muchos connacionales es emigrar y mandar remesas a sus familiares para que cambien a una mejor vida. En el mapa, Estados Unidos es el principal destino para ir a laborar (de lo que sea). Sin embargo, hay miles de salvadoreños que viven por todo el globo terráqueo. Las mismas embajadas de Canadá y Estados Unidos ofrecen trabajos temporales. Vivir en los 20 mil metros cuadrados no es cosa fácil.

Lo anterior es una introducción para analizar que, los que vivimos en El Salvador, y nunca hemos emigrado, pasamos momentos difíciles diariamente. En ocasiones El Salvador tambalea debido a la falta de estabilidad económica. Vivir acá no es cosa fácil, la globalización, la falta de empleo, la canasta básica alimentaria es elevada y otros problemas coyunturales, son la causa para emigrar.

Un turista que nos visita, viene a disfrutar de las maravillas que tiene el país, disfruta y consume. Al final del viaje manifiestan que El Salvador es maravilloso. Se gastó una fuerte suma de dinero. La otra cara de la moneda es cuando en las vacaciones muchos salvadoreños prefieren playas como El Majahual debido a su presupuesto familiar. Es la realidad de más de un millón y medio de salvadoreños. Ser turista y ganar como salvadoreño es otra realidad. Véase la tabla del salario mínimo en los diferentes rubros.

Hay muchos salvadoreños que ayudan a la economía familiar; sin embargo, aún hay millones de salvadoreños que viven “coyol quebrado, coyol comido”. Sufren de la inseguridad alimentaria u otras precariedades. A veces, se van a la cama con dos o un plato de comida ingerido durante el día.

Con respecto a la vivienda o la plusvalía de terrenos, para muchos salvadoreños que vivimos acá, los precios son inaccesibles. Los empresarios construyen, hay fuentes laborales; sin embargo, algunas colonias o edificios de apartamentos no son accesibles para los de clase media o familias recién formadas. Los salvadoreños que viven en el extranjero fácilmente compran un apartamento costoso.

El Salvador no es Estados Unidos, acá no se gana lo mismo que en el país del Norte. Acá la vida es diferente. La inflación nos golpea más por ser un país en vías de desarrollo. La canasta básica alimentaria aumenta cada día y eso hace que muchos salvadoreños que no tienen familias en el extranjero pasen un calvario. Lo que se gana no es suficiente para las clases sociales más desposeídas. En El Salvador hay tres tipos de monedas, según la ley; sin embargo, los dólares, aunque sean estadounidenses, no tienen el mismo valor acá. Cada dolarito cuesta ganarlo.

Un joven que tiene su primer empleo desea comprar una casa, un carro, y vivir dignamente. Con la realidad salvadoreña, antes, quizá, se podía comprar con un salario las cosas. Actualmente no es fácil. Hasta las casas en zonas que no son de lujo cuestan un ojo de la cara. En este país también se tiene unos, dos o tres trabajos, pero no alcanza.

Si en este país se naciera para vivir con calidad de vida, educación de primer mundo, seguridad alimentaria, etc., no viéramos en las noticias a cientos de compatriotas emigrando. Hay seguridad, pero no alcanza para vivir decentemente. En ocasiones hemos observado colonias con arquitectura al estilo de casas estadounidenses, sus propietarios son migrantes que se fueron legales o ilegales a trabajar al extranjero. Bien por ellos. Lástima o trágico las personas que perdieron la vida por cruzar esas fronteras buscando el sueño americano. Sueño que, se vuelve un calvario para miles de migrantes (especialmente indocumentados). Es más, muchos se fueron recién graduados de la universidad, razones sobran (...).

La plusvalía ha aumentado desde que hay más seguridad. Enhorabuena, algunos compatriotas están invirtiendo en diferentes rubros en este país. Mientras tanto, muchos anhelan tener su casa, que es lo más importante. En Estados Unidos, el recién llegado, compra su casa, apartamento, carros, etc. Pareciera que es fácil, pero no es así. Las oportunidades son muy diferentes allá.

Muchos dicen que en Estados Unidos no es fácil la vida, pero se gana mucho mejor. Si en El Salvador tuviésemos los mismos salarios que allá, nadie pensara en emigrar. En conclusión, el sueño americano no es el mismo sueño salvadoreño.