Las sombras son proyección de un objeto. Las personas como sujeto proyectan una sombra que es inherente a la misma lo cual es natural, porque así funciona la naturaleza; pero las sombras en el poder funcionan de manera diferente a medida que se van revelando en el ejercicio del mismo.

El político inferior en su estatus político respecto a las relaciones de poder con otro político de superior jerarquía debe de hacer creer y dar a entender que su jefe en las escalas del poder es quien tiene la autoridad, y además manda, aunque en realidad planifique como serrucharle el piso. Por su parte el político de superior jerarquía siempre está atento a los movimientos que realiza el subalterno u otro político de igual rango lo cual genera inseguridad y desconfianza vulnerando la lealtad que se presume cumplir, cuando el inferior en jerarquía en las relaciones de poder, generalmente hace creer a su jefe que él es superior en conocimiento, respecto al funcionamiento institucional y las unidades administrativas del estado, es ahí donde funciona las sombras del poder puesto que disputa el control del poder.

Los de bajo rango en las estructuras del Estado están al asecho esperando la oportunidad para demostrar sus conocimientos y sus ambiciones de poder si no en forma directa actúa en forma indirecta a través de terceras personas, generando teorías de rumor dando declaraciones que ponen en duda las líneas políticas de un gobierno y que posteriormente tengan que ser aclaradas por otros funcionarios. Son variadas las fuerzas políticas que generan intereses que coadyuvan a la formación de sombras que circulan y que opacan al funcionario superior en la jerarquía, tales circunstancias en la práctica del poder no es conveniente que se configuren porque el entorno se vuelve más complejo y poco a poco se va formando la sombra.

La sombra en el poder personifica una modulación especial en los riesgos de conducta y habilidades que generan amenazas y al final el político inferior en grados que es la parte débil de las relaciones de poder pierde su cargo y posición política. Cuando el funcionario marca distancia de su jefe directo e inmediato, se va gestando la sombra, y percibir esa sombra es como mirarse en el espejo que van mostrando los recovecos del poder puesto que la sombra funciona de manera no visible, cubierta de engaño y de falta de sinceridad.

En el ejercicio del poder no se debe aceptar nunca una disposición como definitiva, si no hasta cuando se concreta y se va acomodando a las distintas situaciones, de tal manera, que el político inferior por su relación asimétrica debe tener la prudencia de no hacer sombra para que puedan mantener la confianza y eficaz interrelación de las operaciones de gobierno y la buena practica profesional y trabajar al máximo en los asuntos del poder. Hay que tomar en consideración que el poder ha sido institucionalizado y funciona en ocasiones en beneficio para algunos políticos y grupos de poder y en perjuicio de otros.

Políticos de viejo cuño recomiendan no hacer sombras en las relaciones del poder entre políticos, eso se vuelve intolerable a medida que va girando la dinámica del poder, puesto que en el proceso de la construcción del poder se genera una formación de una red rígida y bien definida, por lo tanto, las sombras que se proyectan en la interrelación de intereses se vuelven inaceptable, es una situación que en el momento preciso sea comprensible.

El sistema de relaciones de poder dicta reglas no escritas, pero de obligatorio cumplimiento que su inobservancia tiene un catalogo de penas generando un gran número de variables en su aplicación. El asunto es complicado, a veces se tiene que cuestionar constantemente especialmente por declaraciones de funcionarios que las brindan en forma publica sin tener competencia y atribuciones. El fondo del poder se piensa, lo demás se interpreta en conjunción con la realidad y la realidad es la que produce las leyes que abre y cierra posibilidades de beneficios de diferente naturaleza. Las sombras se manifiestan más allá del poder, están en permanente interacción con el mismo, es una trepida intriga política.