Un ejercicio de ello sería plantear la pregunta ¿Quién es la mejor heroína de la película los Vengadores? Wanda o la Viuda Negra, estos son ejemplos sencillos que no afectan directa ni seriamente a nadie. Sin embargo, este tipo de problemáticas también existen en temas más críticos que afectan a una amplia gama de personas o instituciones, temas que requieren un análisis más profundo, como las discusiones sobre, raza, sexo, religión o política. Por ejemplo: ¿deberían crearse leyes especiales en favor de los heterosexuales? ¿Debería crearse un impuesto únicamente para los millonarios?
Son temas en los que se necesita un análisis serio y riguroso, pero no hay consenso sobre dónde o con quién se encuentra la mejor postura, por lo que en algunos contextos una alternativa es más adecuada que la otra y viceversa. De modo que no todos los casos deben considerarse desde dos o más puntos de vista. Algunos debates no deben tenerse en cuenta porque una de las partes no tiene apoyo para la discusión, es decir, no tiene los conocimientos científicos necesarios para tomar una posición seria sobre el tema. Un ejemplo es la discusión sobre la verdadera forma de la tierra.
Históricamente múltiples investigadores han realizado análisis científicos que confirmaron la forma esférica de la tierra hasta que el ser humano pudo ir al espacio y confirmar con sus propios ojos la forma del planeta. Sin embargo, personas de diferentes partes del mundo han cuestionado esta verdad en base a creencias ideológicas, prejuicios y opiniones difundidas en redes sociales que no cuentan con ningún sustento científico.
En Isaías 40:22 dice: “Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar”. Del mismo modo en Proverbios 8:27 dice así: “Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo”.
De manera que dar lugar a un debate como este es asignar el mismo valor de relevancia a ambas partes cuando, en realidad, esta igualdad no existe, lo mismo ocurre con la declaración que dio Ricky Martin en defensa de la ideología de género: “Esa gente que piensa que sus hijos se van a volver gays por ver ‘Lightyear’, póngale documentales de Einstein a ver si también se les pega la inteligencia que no adquirieron por genética”. Acá describe una situación donde hay una equivalencia aparentemente lógica, pero en realidad no existe comparación alguna.
Ya que es una falacia de inconsistencia, primero porque la práctica sexual diferente al heterosexual es una conducta aprendida y ahora impuesta a los niños desde los salones de clases en aquellos países desarrollados y en proceso de implementación en países pobres como el nuestro. En segundo lugar, la inteligencia es el proceso mental que permite aprender, razonar, entender, tomar decisiones y saber discernir entre lo bueno y lo malo, dicho de otra manera, ninguna ser humano se hace genio por ver documentales de Einstein, lo que forja la inteligencia no son los contenidos, sino el esfuerzo incansable por comprender las diferentes áreas del saber.
De modo que ver documentales sí aumentara nuestro conocimiento en un área determinada, pero no nos hará más inteligentes ni mucho menos genio. En contraste con la homosexualidad que es una autopercepción donde la persona deliberadamente rechaza su identidad biológica y se identifica con otra, adoptando conductas contrarias a su verdadera identidad (ideología de genero). En consecuencia, como la homosexualidad es una conducta, si puede influenciar a otros, pues el ser humano actúa por las conductas que aprende ya sea por medio del conocimiento racional o por medio de la experiencia.