El 1 de mayo de 2022 se cumplió el primer año de la legislatura 2021-2024. Y lo menos que se puede hacer es dar una felicitación pública por el extraordinario trabajo realizado por los honorables diputados. En solo un año han cumplido todos los compromisos que ofrecieron en campaña. En la primera sesión plenaria, lo primero que hicieron fue retomar las propuestas de la sociedad civil que ellos ya habían analizado detalladamente, en el periodo previo a asumir sus curules. Y por ello aprobaron medidas para la lucha frontal contra la corrupción, por ejemplo, que no prescribieran los delitos asociados a este flagelo. Establecieron que toda la información sobre viajes, compras o cualquier gasto realizado con dinero público debía ser totalmente pública y publicada de manera oficiosa, incluyendo sus declaraciones patrimoniales y además publicaron quienes financiaron sus campañas electorales.

Asimismo, aprobaron decretos para renunciar a sus privilegios como vales de gasolina, celulares, viajes y otros, no porque esto fuera a resolver los problemas financieros del país, sino porque lo prometieron a la ciudadanía en campaña y para ellos la palabra empeñada se tiene que honrar, y así demuestran que ellos no son como los mismos de siempre. Los valores no se negocian.

Durante este año se han caracterizado por el alto nivel de conocimiento y debate. Cada propuesta llevada a la Asamblea Legislativa ha sido discutida con argumentos técnicos, abriendo espacio para la participación ciudadana y el debate parlamentario ha sido de altura. Nada de politiquería, todas las energías centradas en lograr consenso por el bienestar de la población.

Cuando desde el Ejecutivo han enviado propuestas que atentan contra los derechos de la población, a pesar de que son del partido apoyado por el presidente de la República, se han dado su lugar y han recordado la separación de poderes, por lo que no le han aprobado varias iniciativas al propio presidente de la República. De marionetas y de aprieta botones nada. Además, han utilizado las comisiones para que los miembros del Ejecutivo lleguen a rendir cuentas, especialmente con el manejo del presupuesto público. Han interpelado a funcionarios, cuando de manera descarada han mentido. Un avance gigantesco en el fortalecimiento a la democracia.

Da gusto ver como atienden las entrevistas en los medios, participan en diversos foros y como aceptan debates con otros actores para poder hacer gala de su sapiencia. Han logrado aumentar la credibilidad de la clase política, mostrando que más que privilegios lo que tienen son responsabilidades para dar resultados.

Realmente es plausible como han llevado a cabo los procesos de elecciones de segundo grado. Procesos transparentes, abiertos, con barómetros, escogiendo los mejores perfiles, reconociendo su independencia para que puedan ser sus propios contrapesos en caso hubiera abusos.

Y qué decir de cuando el Ejecutivo intentó imponer al bitcóin como moneda de curso legal. Lo primero que hicieron fue solicitar los estudios técnicos, luego abrieron un amplio debate y finalmente concluyeron que no beneficiaría a la población y lo mandaron a archivar. Otro punto a destacar es como se opusieron a iniciativas para destituir a los magistrados sin el debido proceso.

Finalmente, la cereza al pastel han sido todas las iniciativas aprobadas que permiten asegurar que la población tiene más derechos garantizados. Con sus votos han protegido a los grupos más vulnerabilizados y han aumentado sustancialmente las inversiones orientadas a las niñas, niños y adolescentes, a las mujeres y los adultos mayores. Y han transformado la columna vertebral del país. Ahora sí, quien tiene más dinero paga más impuestos proporcionalmente. Han aprobado herramientas efectivas para el combate de la evasión, la defraudación y cualquier delito fiscal. Han aprobado que el presupuesto esté vinculado a resultados y sobre todo se han asegurado que las decisiones de políticas públicas sean el resultado del consenso con los diversos actores de la sociedad.

Cada vez que han recibido presiones de grupos de poder, incluido el presidente de la república y su familia, han interpuesto los intereses de la población a quien en realidad se deben. Aplausos diputados, seguro al verse al espejo, al ver a su familia y al pueblo a los ojos pueden sentirse orgulloso por lo que han hecho ¿no?