Por fin Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Brasil, habló claro y llamó las cosas por su nombre. Dijo que lo que el ejército israelí está haciendo en Gaza es un genocidio. Tardó en decirlo, pero lo dijo. Sin embargo, Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, no tardó en responder y le salió al paso y criticó esas declaraciones por... inconvenientes.

Lula comparó las acciones militares en Gaza perpetradas por las tropas israelíes con el Holocausto judío ejecutado por los nazis durante la segunda guerra mundial. Blinken ha afrimado que esas declaraciones de Lula no las comparte. Extraño lenguaje es el de la diplomacia de las potencias mundiales, porque lo de Gaza está claro: es una operación de exterminio. Acotada, sí. Delimitada, por supuesto. Pero de exterminio. No lo dijo Blinken, pero lo podría decir: es como la extracción de una muela podrida.

Se acaban de reunir en Brasil, Blinken y Lula, y hablaron de eso. No se sabe y no se darán a conocer los entretelones —porque al público solo se filtran generalidades—. Es decir, nada de entrar en detalles.

Lula no se debe haber retractado de sus palabras y Blinken debió recordarle las acciones de Hamas y Lula tal vez le respondió con los datos de la cantidad de población infantil muerta por los ataques israelíes en Gaza y Blinken a lo mejor hizo un puchero, vio para un lado y valorando que la plática se complicaba le pidió que mejor hablaran de otro tema. Por ejemplo, de la guerra en Ucrania. Otra vez Lula guardó distancia y Blinken le repitió lo que ya sabe Lula acerca de lo que pasa allí y Blinken le confirmó el exabrupto de Biden sobre Putin (que a Putin le debe haber dado risa y que quizá le podría devolver como la anterior vez que le dijo asesino: ‘el que lo dice lo es’). Blinken, que no se baja del avión, el pobre, porque se mantiene en gira permanente, se fue por la tangente y desenvainó el tema de Maduro en esa reunión de hora y media en la que Blinken y Lula practicaron una esgrima de tipo diplomático en el palacio presidencial de Planalto, en Brasilia. Y otra vez Lula debe haber puesto apostillas a Bilnken sobre el tema venezolano, pero Blinken fue porfiado y le insistió a Lula que intercediera por la influencia que tenía sobre Maduro. Lula debe haber fruncido el entrecejo como para decirle —sin decirle— a Blinken que él no tenía influencia real, efectiva, sobre Maduro.

Si se transcribieran y publicaran ese tipo de conversaciones sería una delicia literaria comprar lo lejos que está lo que se anuncia en las declaraciones conjuntas y lo que en realidad se conversa. Pero volviendo a Gaza, ¿Lula le devolvió a Bliken eso de la influencia sobre Maduro y le pidió que por la influencia de Estados Unidos sobre el gobierno israelí se buscara la mejor salida humanitaria? Si se lo dijo, Blinken acaso sonrió al disimulo y su respuesta debió ser anómala: Hacemos lo que se puede en un escenario enrevesado.

Pero ambos, Lula y Blinken también hablaron de conseguir la paz en Ucrania y en Gaza, y eso forma parte del lenguaje diplomático, porque para nadie es un secreto que Estados Unidos y Brasil son grandes exportadores de armas. ¿Hablaron de eso? ¿Se mordieron la lengua? ¿O se hicieron los desentendidos? ¿Y ‘confesaron’ cuáles de sus armas son utilizadas en Gaza y en Medio Oriente y en la guerra en Ucrania y en otros sitios o eso lo dejaron por fuera?

¿Fue a jalarle las orejas Blinken a Lula por sus declaraciones sobre el genocidio en Gaza? A lo mejor. Seguro que se dio cuenta Blinken que ese ‘método’ no funciona con alguien como Lula. Si hubiese sido Milei el que dijo lo del genocidio en Gaza —es solo un ejemplo hipotético, porque Milei aprueba el genocidio en Gaza—, Blinken le habría torcido el brazo y hubiera rectificado.

La situación en Gaza (en Cisjordania también, pero de un modo distinto) es muy complicada. Los halcones israelíes están haciendo lo que les place y no les importa lo que diga la ONU ni España ni la Unión Europea ni China y quizá tampoco les importa mucho lo que Blinken diga o deje de decir, en tanto se trata de un personaje pasajero que si gana Biden las próximas elecciones (que no es seguro) a lo mejor le dicen chao. Lula afirmó que en Gaza se está cometiendo un genocidio. Eso a Blinken no le gustó. Entonces, si no es un genocidio ¿cómo se debe nombrar esa carnicería de palestinos?