Durante 2022, julio se ha convertido, por el momento, como el mes con menor registro de violencia homicida, seguido por mayo, y con grandes posibilidades que agosto pueda convertirse en un mes con menores registros que julio. Hasta el cierre de la semana anterior, tenía menores promedios y estadísticas a la espera de las próximas 72 horas de estadísticas.
Los fallecidos en accidentes de tránsito y por covid-19 han sido mayores a las personas que fueron asesinados en El Salvador desde 1 mayo al 24 de agosto 2022. Pero, existe otra realidad que no se puede negar, y que por años he abordado en esta columna y medios de comunicación a nivel nacional, como lo es que las y los salvadoreños privilegiamos resolver cualquier diferencia o conflicto por medio del uso de la violencia, lo cual en mi opinión es una característica antropológica de nuestra sociedad.
De las expresiones de violencia generalmente utilizando palabras soeces, pasamos a las amenazas, luego a las lesiones y, en muchas ocasiones, a homicidio en grado de tentativa o el homicidio simple o agravado.
El delito con mayor registro en sedes de la Fiscalía General de la República (FGR) a nivel nacional son las amenazas. Todo inicia usualmente en una reunión de amigos, en la comunidad, en el barrio, en la colonia, en el diario vivir. En otros, como los casos más recientes en el último trimestre y de la semana anterior, ingiriendo bebidas alcohólicas, no importa el tipo de licor, lo que inicia con música, risas, historias de ficción, historias destacando que se es un verdadero macho salvadoreño, ya con el alcohol etílico en el torrente sanguíneo y afectando el cerebro, surgen una serie de conflictos y problemas no resueltos en el interior de aquella persona, que en buen salvadoreño lo conocemos como “mal trago” y que comienza a ofender, a ultrajar, a sentirme menospreciado, que emite comentarios de resentimiento, y otros, hasta provocar o atacar a su gran amigo con el que estaba compartiendo bebidas alcohólicas.
Los homicidios de la semana anterior cumplieron estas características donde el abuso del alcohol, conflictos no resueltos, prácticas machistas, compulsión alcohólica, posibles prácticas de abusos en el pasado del atacante, lo llevan a cometer homicidios al interior de su grupo familia o en el entorno social. Datos publicados por la FGR permiten establecer que el trimestre de abril, mayo, junio 2022 fueron al menos 12 homicidios en actos de violencia familiar o social, lo que representó un aproximado del 20% de asesinatos.
Ya se encuentran en prisión preventiva a la espera de las audiencias de instrucción más de 51,000 miembros de pandillas y colaboradores, los homicidios tienen registros bajos históricos y otros delitos que cometían en total impunidad contra la población, pero continúan los homicidios producto de la intolerancia y como expresión de una sociedad que trata de resolver todo por medio de la violencia verbal y física, esos no dependen del trabajo de la Policía Nacional Civil, Fuerza Armada y Fiscalía, depende de nosotros.
El esfuerzo debe continuar para pacificar la sociedad, para lograr una cultura de paz y sana convivencia. Iniciemos en nuestra casa, renunciemos a todo tipo de expresión de violencia en el hogar, esto fluirá a la comunidad, a nuestro entorno para impactar la sociedad. Estimados lectores con mucho respeto los animo a que renunciemos a la venganza.
