Más de 31,562 prófugos de la justicia en El Salvador solo desde el año 2013 a la fecha son los que tiene registrados la Fiscalía General de la República, según informó el señor fiscal general de la República, Rodolfo Delgado Montes hace unas semanas. Mis interrogantes fueron muchas, pero también parte de las respuestas como qué cantidad de estos prófugos contaron con la complicidad, corrupción, negligencia y apoyo de jueces y juezas, que estaban involucrados en redes de corrupción con un grupo de abogados penalistas que habían logrado hacer el negocio de sus vidas comprando y vendiendo justicia por medio de sentencias, resoluciones o sobreseimientos definitivos.

En este grupo no es posible que solo existieran personas con 60 o más años de edad, también deben de existir entre los 35 y 59 años, porque las redes ilícitas de corrupción no distinguen edad, ni sexo, allí en esas ligas criminales se habla del lenguaje universal que es el dinero y los negocios se hacen si se paga la cantidad acordada.



En este marco de reflexión, vinieron a mí los casos del personal que fueron retirados por cumplir los sesenta años o más oficiales y administrativos de la Policía Nacional Civil y Academia Nacional de Seguridad Pública, que brindaron sus servicios por toda una vida, muchos fundadores de ambas instituciones. Comparo los montos de retiro por indemnización que recibieron y me da mucha pena, vergüenza y rabia porque fueron mujeres y hombres que se entregaron por nuestro país sirviendo y protegiendo a la población y otros formando generaciones de policías, y los montos que recibieron no fueron dignos, ni equivalentes por incluso arriesgar sus vidas por las nuestras.

Los montos que recibieron los ahora exempleados judiciales son cifras realmente ostentosas, además que en sus carreras siempre recibieron prestaciones completamente superiores y adicionales a las de la ley, y muchos de ellas y ellos involucrados en actos de corrupción, que se fueron a gozar del retiro en impunidad. Mientras al grupo de verdaderos héroes y heroínas de la PNC y ANSP se les otorgó 12 salarios a los administrativos, oficiales del nivel ejecutivo, nivel superior, y 24 salarios a los agentes, ambos montos más que luchados por el ministro de justicia y seguridad pública, así como por el señor director general de la PNC.

Doce y 24 salarios máximos luego de toda una hoja de servicio por el país y por la población, cuidándonos a nosotros y a ellos mismos de no ser asesinados por los pandilleros, y estructuras del crimen organizado. En el otro grupo, excelentes salarios y prestaciones toda su carrera, pero muchos sin duda involucrados en corrupción y posiblemente recibiendo dinero de organizaciones criminales que pagan cualquier precio por la libertad, e incluso por no perder propiedades.

Triste corolario para los exempleados de la PNC y ANSP, es mi opinión que no es correcto, y tampoco de justicia despedir a nuestros policías de esta manera, mientras otros servidores que han estado cuestionados disfrutan de jugosos fondos y pensiones más que dignas.