En un artículo de opinión publicado por este medio, la diputada por Nuevas Ideas, Suecy Callejas, escribía: “El sistema de salud público se ha modernizado. La inversión en capacitación de personal, medicamentos, camas hospitalarias y equipo tecnológico para la atención de pacientes alcanza el 6 % del PIB. A pesar del abandono que el sector sufrió durante décadas, El Salvador fue reconocido por la Organización Mundial de La Salud por su buena gestión y manejo de la pandemia del COVID-19. Además, gracias al compromiso de la primera dama, Gabriela de Bukele, se ha realizado una inversión millonaria en proyectos de beneficio para la niñez y la primera infancia, como la ley Nacer con Cariño y la política pública de Crecer Juntos, para iniciar el camino a saldar la deuda histórica con la niñez salvadoreña.”

Es importante reconocer que nuestro país ha logrado importantes avances en el campo de la salud pública, no únicamente durante el presente periodo de gobierno, sino también durante los periodos de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. Por ello, siento la imperiosa necesidad de reflexionar sobre los comentarios de la diputada.

Hablar de la modernización del sistema de salud pública, es un tema complejo y serio, y viniendo de una servidora pública, y además representante de todo un pueblo, se asume que dicha aseveración proviene después de un análisis exhaustivo y serio.

¿Pero qué entendemos por la modernización del sector salud?

Las responsabilidades de la cartera de Estado que lidera el sector salud se concentran a dos niveles: a nivel de salud, es el responsable de mejorar la calidad del servicio de salud, operar adecuadamente y atender a las necesidades de las y los pacientes de forma rentable y eficiente; a nivel gubernamental, tiene la responsabilidad de mejorar la gobernanza de la salud y promover la igualdad y la sostenibilidad de la salud.

Cada uno de estos parámetros podría analizarse individualmente, pero eso nos tomaría más de 700 palabras, que es lo que nos permite este medio de comunicación, por lo que nos concentraremos en una de las principales responsabilidades del MINSAL: mejorar la calidad del servicio de salud de un sistema de salud pública universal. Es decir, un sistema nacional de salud que proporcione cobertura al 100 % de nuestra población. El factor sine qua non para mejorar la calidad y cobertura universal de un sistema de salud es la disponibilidad de recursos humanos. Los recursos humanos para la salud incluyen una serie de ocupaciones cuyo objetivo es promover o mejorar la salud humana.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la Estrategia de Personal Sanitario 2030 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han llamado la atención sobre la importancia de los recursos humanos para lograr prioridades políticas como la cobertura sanitaria universal.

Un estudio publicado por la revista Lancet en mayo de este año (https://doi.org/10.1016/S0140-6736(22)00532-3) cuantificó la cantidad de recursos humanos necesarios para poder brindar una cobertura universal de servicios de salud y de buena calidad. Este importante estudio estimó que, para alcanzar el 80 sobre 100 en el índice de cobertura efectiva de la cobertura universal en salud, por cada 10.000 habitantes, se necesitarían al menos 20,7 médicos y 70,6 enfermeras y comadronas. Estas cifras de 20 y 70 por cada 10,000 personas, serian lo mínimo necesario para que un sistema de salud pudiese asegurar cobertura universal con calidad.

¿Pero y cómo anda El Salvador con respecto a estas cifras?

Este mismo estudio señaló, que nuestro país al 2019 presenta una cantidad de 15.7 médicos y 23.3 enfermeras y comadronas por 10,000 habitantes. Es decir, un déficit de 5 médicos y 47.3 enfermeras y comadronas para poder alcanzar esa tan necesaria cobertura universal de salud y con calidad.

Es un simple análisis, que se hace en cinco minutos, pero que nos dice que nuestro sistema de salud pública tiene mucho camino por recorrer para considerarse un sistema moderno que cumpla con sus principales responsabilidades. Creo que muchas personas de este país, estamos cansadas de que se nos brinde información vacía y sin fundamentos, que más que informar busca confundir y mal orientar, con el solo objetivo de colectar aplausos. Como decía la Reina Amidala: “Así muere la democracia, con un estruendoso aplauso”.