Somos una Centroamérica que celebra el mismo día el aniversario de la independencia; sin embargo, algunos países como Nicaragua están sin independencia alguna o sin Estado de Derecho. Están sumidos en el totalitarismo de un tirano. A los nicaragüenses les han cerrado la universidad UCA, periódicos; además, han extraditado a religiosos. Mientras tanto, Costa Rica no tiene ejército; por lo tanto, su democracia es tomada como ejemplo en otros países, no están pendientes de golpes de Estado de parte de los militares. Ese país hermano vive mejor debido a que sus órganos del Estado trabajan independientemente.
Nos independizamos de ejércitos extranjeros, de guerrillas, de ideologías marxistas-leninistas que vinieron a atrasar el desarrollo del país. Nos independizamos o liberamos de presidentes corruptos, totalitaristas (...) y dictatoriales.
Los salvadoreños hemos vivido de todo, no se necesita ver alrededor. Hemos ido esculpiendo poco a poco la democracia. Todo salvadoreño sabe que, los tres poderes del Estado deben ejercer sus funciones independientemente, no podemos estar observando a una Sala de lo Constitucional que trabaja a favor del Estado, no podemos ver a diputados que no ejercen independencia como representantes del pueblo. Queremos a diputados que, además, de analizar leyes, no solo lleguen a sentarse en sus curules, a apretar botones. Cada diputado debe tener libertad y no ser manipulado para realizar su función.
Se necesita que cada alcaldía pueda ejecutar sus proyectos, no importa el tamaño de esta. En otro contexto, cada municipio tiene jurisdicción, y eso, le da potestad para ejecutar obras. El Estado debe contar con políticas públicas para que cada municipio tenga desarrollo. Independencia del régimen de excepción. Un ciudadano debe tener todas las garantías constitucionales, no se puede vivir toda la vida bajo ese régimen; ya que, se pierden todas las garantías constitucionales. Es necesario que el Estado cuente con leyes que brinden seguridad jurídica. ¿Qué pasará cuando ya no haya régimen de excepción?
Volviendo con la independencia, los salvadoreños no hemos tenido una independencia total; ya que, hemos tenido a otros países interviniendo en muchos aspectos. Sin embargo, si es para ayudar a tener una democracia óptima, bienvenido sean sus propuestas y soluciones. Anhelamos independizarnos de oenegés que vienen con propuestas no acordes a nuestros principios y valores, algunas ideas ancladas en los Objetivos del Desarrollo del Milenio. No queremos que lleguen instituciones a escuelas a hablar de ideologías de género o propuestas que no encajan con nuestra cultura. Recordemos que nuestros hijos, en su mayoría, crecen con normas de urbanidad y civismo; con principios religiosos que aprendieron en sus hogares.
Queremos un modelo de país, un país que nos garantice independencia jurídica, garantía total y se respete sin los derechos humanos. Queremos funcionarios de elección popular y de segundo grado que no estén ligados a corruptelas. Con respecto a los funcionarios de segundo grado, queremos que la fiscalía general que trabaje tal como las leyes lo manifiestan. Cada profesional del derecho, servidor público deben trabajar sin prejuicios u órdenes que van en contra de la Carta Magna.
Independencia es vivir en un país sin censuras y que el ciudadano y el Estado respete la Carta Magna. No queremos se vulneren las cláusulas pétreas. Independencia es tener la libertad de formar sindicatos para el funcionamiento digno de la clase trabajadora. El gremio médico, magisterial, entre otros, tienen derecho a manifestarse.
Independencia es vivir sin ataduras, caminar libres en la calle y sin el miedo de ser detenidos sin causa justa. Eso sí, no se debe abusar de las leyes, recordemos que hay organizaciones nacionales e internacionales que vigilan nuestra patria soberana. Que la independencia sea una celebración en donde todos seamos partícipes. Todo salvadoreño anhela vivir en un país en donde impere el Estado de Derecho conquistado y plasmado en los Acuerdos de Paz. Deseamos vivir una independencia de todo lo que nos haga retroceder, en todos los rubros, el desarrollo del Pulgarcito de América. Con orgullo gritemos ¡viva El Salvador!