De manera que los seres humanos estamos llamados a imitar al Señor Jesucristo en todo, tal vez no alcancemos tal perfección, pero debemos de intentarlo en el diario vivir. Por lo tanto, debemos de esforzarnos como lo explica Filipenses 2:12-13: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” De modo que estamos llamados a obedecer a Dios, y, al hacerlo, somos cristianos en construcción que no existe en nosotros perfección alguna, pero se debe luchar para ser más que honestos, es decir íntegros en nuestro caminar.
En una ocasión un hombre ordenó una pizza por delivery, al llegar el repartidor al hotel donde este se alojaba, recibió el pedido una mujer que la acompañaba y al abrir la caja, se percató que no había pizza, el hombre responde, ¿cómo que no hay pizza? Ella le dice nuevamente, es que no viene la pizza en la caja, pero con alegría le comenta, que, en lugar de la pizza, la caja trae 5,000 dólares, ella abraza al hombre y lo besa de la emoción. El hombre se queda mirando los dólares, y se alegra, pero le dice a la mujer, no, no, no, me acordé de algo que decía mi padre y si algo me enseñó es a ser honesto.
Entonces el hombre en un repentino sentimiento de honestidad, mete todo el dinero en la caja, la cierra, en ese instante la mujer le dice, usted es el único tonto en todo el país que va hacer lo que estoy pensando, el hombre le dice, acompáñeme a devolver la caja con el dinero, la mujer molesta se subió al auto, pero no dejó de reclamarle tal hecho de honestidad, cuando llegan a la pizzería le entregó al gerente la caja junto al dinero. Evidentemente el gerente junto a los empleados se quedó impávidos por tal honestidad, le agradecen y felicitan.
Entonces le preguntan al hombre ¿usted escuchó el anuncio en la radio?, el hombre responde, ¿cuál anuncio?, el de la caja y el dinero perdido, responde el gerente de la pizzería. Le comenta que su hermano trabaja en la radio y difundió un anuncio de la caja perdida.
-¿Usted no escuchó el anuncio? él responde categóricamente, no, entonces le preguntan y por qué trajo la caja, el hombre le responde porque eso es lo correcto. Personas como usted ya no hay en este país. Mi hermano justo ahora viene para acá y quiere que le cuente a todo el mundo lo que usted hizo, para difundir su historia de honestidad.
El hombre mira su reloj nervioso, y dice, disculpa amigo, pero no tengo tiempo, me tengo que ir ya, no puedo salir en ninguna entrevista, yo solo quiero mi pizza e irme. Ah bueno, le dice el gerente, entonces déjeme su nombre, sus datos y su teléfono y le cuento a los medios lo que usted hizo, ya que usted es un buen ejemplo y estamos muy agradecidos. En ese momento el hombre toma del hombro al gerente de la pizzería y lo lleva a una esquina y le dice, ni se le ocurra decir quién soy, pero porque señor si lo que usted hizo es admirable, si, y me gustaría salir en la radio, en los medios y decir que devolví la caja.
Sin embargo, no puedo, pero porque no puede señor dijo el gerente, el hombre mira a todos lados y con voz baja le dice: “porque la mujer que está conmigo no es mi esposa”. ¿Cómo voy a salir en la radio diciendo que estaba en un hotel y que pedí una pizza? No amigo invéntese otra historia, que yo me tengo que ir, entonces tomó la pizza y se fue. Este hombre sin duda actuó con honestidad al devolver el dinero que no era de él, pero no era un hambre integro, puesto que estaba cometiendo adulterio y deshonrando a su familia.
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