El proceso de mediación, es una estrategia como salida ante situaciones críticas. Salen a flote intereses en conflicto y se analizan las fortalezas y debilidades de las partes, empleando tácticas para cuestionar las soluciones existentes y probar nuevos enfoques, distinguiendo los puntos que son urgentes y fundamentales. La mediación genuina surge por acuerdo de las partes en conflicto, que deciden que sus diferencias, las van a resolver mediante este mecanismo de resolución de conflictos. Acto seguido, las partes acuerdan celebrar contrato de mediación que regula el rol del mediador, sus características, funciones, competencias, procedimientos del mecanismo, estableciendo que la función del mediador es de carácter confidencial y voluntario. Otro caso es, cuando las partes en contienda, a través de la negociación no logran acuerdo y entendimiento, pueden solicitar la participación de un mediador acreditado para que intervengan en la transformación del conflicto por medio de la mediación que es una negociación asistida.

Determinar los factores causales de un conflicto no es proceso sencillo; en ocasiones las partes asumen posturas equivocadas sobre las relaciones fundamentales, que inciden en el proceso y resultado de mediación por no consensuar acciones concretas para la transformación del conflicto; en tal virtud se puede convocar a una tercera persona, el mediador que se llama también el tercer lado. La función del mediador es estratégica, pues de manera técnica y con pericia transita con las partes para que ellas mismas busquen soluciones a su conflicto. Los mediadores están entrenados en técnicas conceptuales, comunicacionales, procedimentales, análisis, cultura de paz, comunicación, emociones, teorías del conflicto, escuelas de mediación, negociación y diálogo, factores que constituyen la cultura del conflicto.

Ninguna disputa se produce en el vacío, siempre hay intereses y necesidades alrededor del conflicto que es lo que se llama el poder de la gente, en el cual la opinión pública tiene una posición relevante. El Art. 23 de la Cn., no regula de forma expresa los mecanismos de la solución de conflictos, sin embargo, al interpretar dicha disposición constitucional reconoce la libertad de las personas para dirimir sus controversias mediante el proceso de mediación.

El Estado salvadoreño, reconoce a la persona humana como origen y fin de la actividad del Estado, garantizándole como miembros de la sociedad, su bienestar para que pueda convivir en paz y armonía y así lo garantiza el Art. 1 Cn., y Art. 2 Cn., para cumplir el objetivo nacional permanente de respeto a la dignidad de la persona humana y que viva bajo un sistema de vida democrático se instituye la Procuraduría General de la República, a quien le corresponde dar asistencia legal a las personal para dirimir en forma pacífica y voluntaria sus diferencias.

La Unidad de Mediación y Conciliación de la Procuraduría General de la República cumple sus funciones y atribuciones reguladas en el Art. 18 de su Ley Orgánica, la cual establece sus funciones, criterios y atribuciones de analizar, dar seguimiento y orientación, evaluando el conflicto a las partes en contienda y de esta manera asienta las bases de la mediación, mediante criterios objetivos reales son como una especie de jurisprudencia institucional, cuyo contenido de conocimiento y experiencia se convierten en los componentes integrales del proceso de mediación que a su vez adquiere legitimidad, acompañado de la reputación de que goza dicha institución. Para cumplir sus atribuciones, dicha entidad prepara a su personal de manera técnica y legal en calidad de mediadores, mediante cursos de capacitación con niveles de especialización en temas específicos, para reunir los conocimientos y lecciones aprendidas que la práctica diaria genera, es así como el personal se especializa en la necesidad y utilidad de la mediación, en todas sus fases, desde la identificación de puntos de entrada del conflicto, hasta la finalización del mismo cuando se logra acuerdos y entendimientos.

La Procuraduría General de la República, incide en la fortaleza institucional, que apoya la gobernabilidad y el mantenimiento del sistema democrático, al ayudar a la gobernabilidad y mantenimiento de la sinergía social, cuando busca a través de la Unidad de Mediación y Conciliación en la construcción de la capacitación de mediadores certificados y acreditados, para enfrentar desafíos en la transformación de conflictos. La cohesión social, mantiene y cimienta la paz y la convivencia ciudadana, en la combinación de conflictos, debates y controversias y que ayuda a mediar en los conflictos antes que escalen y estallen y se conviertan en delito.