En la negociación se plantea un juego de poder, que se da en grupos de alto rango y en las altas esferas del poder político; en dicho nivel los sujetos intervinientes son adversarios complicados por los intereses que representan y que les obliga a desarrollar capacidad para interpretar y manejar las expectativas propias y ajenas, entender los tiempos, las fases de la negociación, la información para luego construir el manejo de las factores racionales y emocionales; además de conocer y entender las reglas de la negociación. Sin embargo, en el proceso se dan circunstancias controladas por terceros y que no se pueden modificar por los negociadores principales pues salen de su control de cómo encarar la negociación.

En las fases del proceso de negociación pueden aparecer negociadores intransigentes que sostengan posiciones inflexibles, oponiendo y alegando expresamente bloqueos para que la negociación se estanque y caiga en puntos muertos, cuando esto ocurre el abogado negociador opositor debe identificar la táctica que utiliza la contra parte, para que pueda reforzar sus mejores opciones y alternativas y como especialista no debe de perder el objetivo estratégico de capitalizar al máximo la negociación. La habilidad del abogado negociador de alto nivel es agotar el análisis del caso específico, y orientar el caso usando la estrategia del paralelismo con otras situaciones de gran tensión o presión lo cual significa que una de las partes se encuentra en una aparente posición de debilidad para negociar. Dicho lo anterior vemos que la negociación es un proceso de múltiples dimensiones, de manejo racional quitando la carga emocional, para lograr transformar los incidentes críticos y de tal manera que vemos que intervienen una diversidad de factores que influyen en los pactos, que en ocasiones van más allá de la mesa visible del proceso.

Las circunstancias concretas de las situaciones de crisis se van desvaneciendo por el abordaje de la secuencia de la negociación y de la escala de propuestas al descubrir cuales son los obstáculos que generan la crisis y a la vez replantear las tácticas y al replantear estas tienen efectos en las posiciones, es decir; no se debe de contraatacar y proponer intercambios para lograr superar las crisis, sin romper las relaciones entre las partes. Hay que tomar en cuenta que en el proceso intervienen abogados negociadores con distintos perfiles que actúan de acuerdo a sus intereses y que además están entrenados para resolver situaciones de crisis; en este sentido tiene la habilidad y la experiencia para ocultar los enlaces nucleares y periféricos y que son muy celosos en el manejo de la información la cual no debe fluir para evitar la infiltración de noticias las cuales pueden incidir en el resultado del proceso.

El hermetismo excluyente debe perdurar mientras el desenlace del proceso continue especialmente en la manera como se lleva a cabo las negociaciones y de esta manera se garantizan en lo posible el buen fin de la negociación. La negociación no se lleva a cabo únicamente a través de palabras, sino que también a través de acciones y actitudes y el abogado negociador que cuenta con mayor experiencia por el hecho de haber gestionado otros casos, puede identificar los componentes comunes con otro caso y de esta manera tiene la ventaja comparativa para identificar los componentes comunes entre los casos y definir mejor el plan de acción para la pronta y cumplida transformación del conflicto. Todo lo que ocurre en el proceso debe ser analizado de manera inmediata, aunque no comunicado, lo cual se debe esperar el momento oportuno para que cause impacto en la otra parte. La negociación es una aliada estratégica en la articulación de los argumentos que generan la crisis que buscan cambios profundos con consecuencias imprevisibles que se desvanecen por las habilidades del negociador el cual debe manejar las tácticas dilatorias contra ofertas absurdas del oponente siempre manteniendo la seriedad, pero flexibles con sentido razonable, pero a la vez siendo impermeable a la crítica, sin tomar nada personal, de igual manera no quedar entrampado en sentimientos que no le favorezcan. Todo es según el cristal con que se mira.