Desde la perspectiva de la biología, la vida se define como la capacidad de nacer, respirar, desarrollarse, procrear, evolucionar y morir. Además, para considerar que haya vida desde esta óptica, es necesario que haya un intercambio de materia y energía. La vida, desde la física, se entiende como el tiempo que duran las cosas o bien como la fase evolutiva, es decir, que las estrellas tienen vida, algo que resultaría incompatible desde la biología. La filosofía define la vida entre “cuerpo y alma” o “razón y cuerpo” Algunos filósofos, ven la vida como un conjunto de experiencias.

Dentro de esta concepción la vida no puede ser entendida por las disciplinas anteriores ya que es algo que acontece, les sucede a los seres vivos, es por ello que no puede ser definida a ciencia exacta. Ahora bien, desde la perspectiva Bíblica y teológica la vida tiene una relevancia diferente de como la concibe el resto de disciplinas, dado que es acá donde surge la idea de la vida y la existencia de los seres humanos, de modo que somos un diseño único y perfecto en cada una de nuestro ser, que es irrepetible y no puede compararse uno con otro, tanto es así, que la huella digital o el iris del ojo es inédito una con otra.

Y esto es así porque Dios es un Dios vivo, no como los dioses de este siglo que son de metal, de madera, de bronce o de cualquier otro tipo de material que se le ha esculpido, boca y no hablan, tienes pies y no caminan, de modo que son objetos inanimados que sirven para entrenar a las mentes débiles que se dirigen por las vanidades. Jeremías 10:6-10 dice así: No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti.

Todos se infatuarán y entontecerán. Enseñanza de vanidades es el leño. Traerán plata batida de Tarsis y oro de Ufaz, obra del artífice, y de manos del fundidor; los vestirán de azul y de púrpura, obra de peritos es todo. Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación. En consecuencia, la vida de los seres humanos viene del Dios vivo, quien nos hizo a su imagen y semejanza, es decir que tenemos intelecto, sentimientos y voluntad y estamos esculpidos con cuerpo, alma y espíritu, en otras palabras, somos tripartitos.

De tal manera que los seres humanos somos una copia del creador, tal como él es Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, una unidad plural y absoluta expresado en tres personas cumpliendo un rol fundamental para que ningún ser humano se pierda, sino que todos vengan al arrepentimiento. Dios el padre al principio creando los cielos y la tierra y el Espíritu Santo ordenándolo todo, dado que se movía sobre las aguas y es quien nos santifica, nos redarguye de todo pecado y nos conduce al arrepentimiento. Luego el Señor Jesucristo, cumpliendo obedientemente con el mandato en la cruz.

Por ello Filipenses 2:8-10. Dice así: Y estando en la condición de hombre, se humilló así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. Por lo tanto, el autor de la vida humana es Dios, y ningún hombre o mujer la puede quitar sin que queda impune, aun así, los países han osado atentar contra las leyes de Dios, aprobando decretos que atentan contra la vida.

En suma, ninguna mujer que se ha practicado un aborto ahora es feliz, sino que su alma nunca tendrá paz, hasta que haya un verdadero arrepentimiento y una conversión genuina, del mismo modo ningún medico o cualquier otra persona que ha contribuido a la práctica del aborto podrá vivir en esta tierra en paz, por el hecho de atentar contra lo mas sagrado que Dios ha creado como lo es la vida humana. Jeremías 1:5 dice así: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.