Somos un país en donde siempre que hay una tormenta viene la desgracia y luto. En esta ocasión son 19 los fallecidos, resignación a los familiares. Nos preguntamos, ¿quién tiene la culpa de estas desgracias? No podemos hacer caso omiso, les aseguro que si hubiese una correcta distribución de los asentamientos poblacionales no fuéramos tan vulnerables.

Las personas que viven en la marginalidad son bastantes y son las que más sufren, eso se evidencia en los noticieros y redes sociales. Son los que, por sus precarias condiciones y por vivir en lugares no adecuados, sufren ante la cruel naturaleza.

En redes sociales incorporé un post en donde decía que somos un país vulnerable y pobre, fue interesante que un seguidor en Facebook manifestó que la vulnerabilidad no se debe solamente a la geografía de El Salvador, sino también al mal diseño de las ciudades (infraestructura, drenajes, etc.) y la irresponsabilidad del gobierno de otorgar permisos para construir centros comerciales y colonias en donde no corresponde.

En El Salvador, 67% de habitantes viven en el área rural y 33% en el área rural. Aunque, los que emigran a las ciudades les toca vivir hasta en zonas marginales. Eso hace que seamos un país vulnerable; es más, somos casi 7 millones de habitantes en un pequeño territorio. ¿Por qué El salvador es uno de los países más vulnerables? El 88.7% es considerada zona de riesgo y sobre esa superficie hay un asentamiento del 95.4% de población. Por esa razón la naturaleza es destructiva en el país.

Muchas personas viven a la orilla de los ríos y quebradas, eso no es porque en ese lugar se afincaron, muchos lo hacen porque no tienen acceso a una vivienda digna. Es difícil llevarlas a lugares seguros. Uno observa casas tipo favelas en donde las personas viven en casas que ya casi se desploman al barranco.

La cultura negativa de los salvadoreños se evidenció, en las playas de Sonsonate, específicamente en Los Cóbanos toneladas de basura quedó esparcida. Las personas tiran la basura en las calles, más no saben que esa basura hace estragos. Ya mencioné en otro artículo que el tirar plástico hace que la fauna marina los consuma, luego los seres humanos consumen peces, es en donde existen micropartículas de plástico. Eso hace estragos en los seres humanos. Además, muchos animales mueren por consumir plásticos.

Los cultivos se perdieron, más en lugares en donde los suelos son planos. Esto es preocupante para muchos campesinos que dependen de la cosecha del maíz y frijol. Ojalá no vengan más tormentas como la primera que vivimos en este invierno.

En este temporal que tuvimos y los que vendrán se evidenció que hasta las viviendas afincadas en lugares de una plusvalía alta sufrieron daños colaterales. Un edificio de apartamentos estuvo a punto de colapsar. Eso quiere decir que se construyó en un sitio no adecuado.

En el ámbito educativo, según datos, 400 escuelas sufrieron destrozos en los ocho días que duró la depresión tropical. Eso quiere decir que debe de haber un presupuesto para repararlas. En los videos se constataba que los mismos docentes y estudiantes barrían el agua que caía por tener techos deteriorados. Hace falta que las escuelas tengan un techo nuevo. Esa es la realidad que nadie puede ocultar.

Se comprueba que somos uno de los países más vulnerables de Latinoamérica; por lo tanto, debe de haber políticas públicas en donde haya una mejor distribución de los asentamientos humanos. Un problema de los salvadoreños es que somos muchos habitantes. En conclusión, El Salvador es un país vulnerable y débil ante los eventos climáticos.


Fidel López Eguizábal es docente investigador Universidad Francisco Gavidia flopez@ufg.edu.sv