En un sinnúmero de declaraciones, funcionarios del Gobierno en el área de salud, e incluso de otros sectores, sostienen que el sistema de salud en nuestro país está en pleno ascenso hacia la transformación en un sistema de primer mundo. Utilizando magistralmente estrategias de marketing en medios de comunicación, especialmente las redes sociales como Twitter y utilizando mensajes sencillos y fáciles de recordar, como: “Nuestro sistema de salud avanza, en beneficio de nuestro personal y de la población salvadoreña”, transmiten efectivamente emociones de fortalecimiento y avances del sistema.

En lo personal y bajo un punto de vista estrictamente técnico, difiero de las declaraciones al respecto del ministro de salud y demás representantes del gobierno actual. ¿Qué premisas utilizo para fundamentar mis diferencias de opinión? Ante cualquier aseveración seria, lo primero que tenemos que clarificar es el fundamento que justifique nuestra aseveración. En mi caso, inicio con la descripción de las características de un sistema de salud del primer mundo, de acuerdo con expertos en sistemas de salud de la Organización Mundial de la Salud y otras entidades académicas, seguido por una comparación de nuestro sistema de salud ante estas características.

La mayoría de los expertos en sistemas de salud sostienen que un sistema de salud del primer mundo exhibe 7 características bien definidas y sentidas por la población a la que sirve. La primera y probablemente la más importante es la cobertura universal. Es decir, la atención médica se brinda a toda la población, independiente de su capacidad de pago, estatus socioeconómico o lugar de residencia. El acceso equitativo es otra de sus características, es decir los servicios se priorizan a quienes más lo necesitan. Los sistemas de salud del primer mundo se enfocan en brindar una atención médica de alta calidad, además de poner un fuerte énfasis en la prevención de enfermedades y promoción de la salud; se promueve la continuidad de la atención mediante la comunicación y el intercambio de información entre proveedores de servicio, lo que garantiza un seguimiento adecuado del paciente y evita la fragmentación de la atención. Se fomenta la investigación médica, la implementación de avances científicos y tecnológicos en la práctica clínica, y existe un financiamiento sostenible que permite cubrir los costos de la atención médica.

Basado en estas características, ¿qué nivel de logro muestra el sistema de salud de El Salvador? Uno de los retos significativos en la prestación de servicios de salud en El Salvador es el acceso limitado a los servicios de salud, especialmente en las zonas rurales y marginadas. La “Razón de mortalidad materna por 100 mil nacidos vivos” uno de los indicadores de salud que con mayor sensibilidad mide la cobertura efectiva del sistema se ha mantenido sin mayores cambios durante los últimos 5 años. En un estudio que realizamos el 2021, encontramos que la mayoría de estas muertes maternas se localizaban en zonas rurales y en poblaciones de escasos recursos económicos.

El sistema adolece de un déficit crónico de 22 % en recursos humanos en salud, con una distribución geográfica que favorece a los municipios con mayor oferta y en detrimento de la zona rural y pobre, esto se complementa con una infraestructura sanitaria inadecuada con rupturas importantes de la cadena de suministro de medicamentos, incidiendo sustancial y negativamente en la calidad del servicio. Aunque los servicios sanitarios son importantes, la promoción de la salud y la prevención de enfermedades mediante la educación, campañas de salud pública y medidas preventivas son igualmente vitales. Durante el periodo de junio 2020 a mayo 2021, 76 % de las atenciones en salud fueron curativas contra un 24 % de acciones preventivas. El Salvador, aunque la mayoría de investigación es realizada por el hospital Benjamín Bloom y la Universidad Nacional, es el país de Centroamérica con menor cantidad de estudios publicados en revistas científicas en los últimos 20 años. Por último, 36.5 % del financiamiento del sector salud es provisto por el gasto de bolsillo.

El sistema de salud de El Salvador no es ni se acerca a un sistema del primer mundo. Es un sistema de cobertura media, inequitativo, de baja a moderada calidad, y financieramente al momento insostenible.