Los congestionamientos en las ciudades y en especial en el denominado Gran San Salvador ya genera un impacto en la salud pública por medio de las emisiones de gases de todos los vehículos, no importa el modelo o el año, la marca lo que le dijeron cuando lo compró, hay una realidad que nos afecta a los que vamos en los vehículos y a los peatones, pero de igual manera a los colaboradores de empresas, negocios, o viviendas particulares que limitan con calles y avenidas, además de los estridentes pitos, y pitos modificados que son verdaderas torturas durante gran parte del día y en algunos casos, por las noches.
Durante el conflicto armado y posterior en la etapa de este conflicto social con las pandillas criminales y bandas organizadas obligaron a las familias salvadoreñas a tomar decisiones de comprar un primer vehículo o un segundo para movilizar a los padres de familia a sus trabajos y pasar dejando a sus hijos e hijas por los colegios, hablamos de un segmento de la población, pero que en este periodo triplicó el parque vehicular, porque las pandillas criminales hicieron que los padres de familia hicieran otros esfuerzos económicos para comprar otro u otros vehículos para las y los hijos ya en bachillerato o la universidad, de igual manera los múltiples riesgos como los asaltos a mano armada en el transporte público de pasajeros o paradas de buses que durante la década anterior fueron los lugares más inseguros para las mujeres en El Salvador.
Pero existe también otro segmento en nuestra sociedad que los vehículos son un estatus y según estos parámetros de un grupo de ciudadanos si tienes un vehículo del año de ciertas marcas con la mayor cantidad de extras, eres exitoso o exitosa. El estatus que supuestamente brinda unas determinadas marcas hace pensar a ciertas personas que te va bien en su trabajo, empresas, negocios o profesión. Este factor no lo debemos perder de vista en este problema multicausal del tráfico vehicular. Hijos que exigen que deben de irlos a dejar con la camioneta de una determinada marca. Si tienes un vehículo de más diez años no eres próspero. Una sociedad consumista lamentablemente. Este aspecto por sus implicaciones tomará más tiempo.
Los indicadores y datos oficiales de la inseguridad, crimen y delitos tienen una clara tendencia a la baja, por lo que es momento de que podamos romper el temor, miedo, ansiedad y otros factores que nos impiden que nuestros hijos e hijas viajen en transporte escolar, un costo que podría ser compartido entre colegios, universidades y los padres de familia. Estos grupos interesados contratarán el servicio que decidan y las comodidades que puedan pagar. En los colegios biculturales son más de 1,000 alumnos en cada colegio son 1,000 vehículos o más porque llevan escoltas algunos que están por la mañana y por la tarde. La disminución de combustible, tiempo, calentamientos de vehículos, emanaciones de gases, pérdida de productividad, sobre todo, salud mental y más tiempo para producir o estar con la familia valen la pena el estudiar y desarrollar planes piloto.
El sector privado, autónomas, alcaldías, organizaciones sin fines de lucro pueden poner a disposición microbuses para sus colaboradores. Podemos lograrlo con unidad y con objetivos comunes en beneficio de la salud mental, física, y mejorar la productividad del país. Una semana más que tenemos la oportunidad de ser tolerantes, de tener amor por el más próximo y de ceder a uno el paso.
