En la política se emplean figuras para encontrar el sentido y la naturaleza del funcionamiento y la dinámica del poder. El acto político de elegir un primer designado a la Presidencia de la Republica tiene como objetivos 1. Suplir administrativamente en el cargo al Presidente de la Republica. 2. Sus funciones se concretan a lo que ordena la Constitución. 3. Es un medio para controlar el poder político. 4. Fortalece el sistema político y forma de gobierno. 5. Genera gobernabilidad, paz y tranquilidad social y mantiene la sinergia social. 6. El Presidente de la Republica demuestra su vocación democrática. 7.La naturaleza jurídica de la relación de los designados a la Presidencia es un mandato, que estos ejercen en la toma de decisiones políticas que mueven los resortes del Gobierno constitucional, para mantener el sistema político presidencial. La suplencia presidencial consiste en la parte personal del gobernante, pero no toca las competencias y atribuciones constitucionales ya establecidas, ni tampoco sus decisiones pueden modificar la estructura orgánica política del Estado.
La relación interpersonal entre el Presidente y la designada a la presidencia comprende los ámbitos de confianza y lealtad, por otra parte; el Presidente de la República conoce los méritos personales, la capacidad profesional, y la entrega al trabajo en los diferentes cargos, como Gerente Financiera de la Alcaldía Municipal de Nuevo Cuscatlán, Tesorera Municipal de la Alcaldía Municipal de San Salvador, Gerente Financiera de Casa Presidencial, y Secretaria Privada de la Presidencia de la República, entre otros cargos importantes. La elección oportuna por la Asamblea Legislativa de la designada a la Presidencia da cumplimiento con certeza a las reglas de la Suplencia Presidencial, asimismo demuestra que el sistema constitucional salvadoreño mediante la teoría de la representación, cuenta con respuesta democrática para evitar vacíos institucionales y mantener la seguridad nacional, interna y externa.
En las reglas del juego político, la posición de liderazgo, y el vector del peso personal del Presidente de la República, constituye una fuente de poder, y se expresa la capacidad real de ejercer las competencias formales, como un líder transformador democrático, con mano firme, y con coraje solido, de esta manera genera y otorga confianza, su estilo político de administrar el Estado.
El apoyo electoral con el cual cuenta el Presidente de la República para ejercer su segundo mandato, es su capital político, que es la base inicial que le da fuerza a su mandato, el cual se ha mantenido en el proceso de gobierno, que representa un recurso de poder de gran valor para mantener prestigio internacional, que forma parte de componentes invariables y adhesiones formales que se refieren a la valorización de la imagen que ofrece en el liderazgo en una situación concreta ante las diferentes fuerzas sociales, población organizada y de altas personalidades de la empresa privada.
El Presidente de la República ha acumulado experticie política, cuando logra tener una base practica de la interpretación de la realidad, que le permite situar sus vivencias, no solo en la teoría, sino también en la practica política, que se sustenta en cada movimiento de la realidad. El tiempo para el gobernante no es el tiempo corriente del ciudadano común.
Tiene particularidades bien especiales, sus destrezas forman parte del proceso político para cumplir las promesas electorales que forman parte de la realidad práctica, es decir cada espacio de tiempo es una oportunidad para lo cual debe distribuir su tiempo entre su agenda individual, su agenda como político y su agenda como gobernante. “En política no se necesita de mucha virtud, ni de mucha fortuna, sino mas bien de una astucia afortunada”.