La semana pasada, la Sección Táctica Operativa de Reacción Marítima (STORM) de la Policía Nacional Civil (PNC), conocida y bautizada por la población como la “policía costera”, incautó 429 kilos de cocaína valorado en $10.7 millones en una operación en la zona de la playa El Espino, municipio de Jucuarán, departamento de Usulután. Una región de muy complejo acceso y propia para operaciones clandestinas y criminales. Hasta la zona se desplegó toda la inteligencia e investigación especializada de la PNC por medio de la División Antinarcóticos (DAN).

Es una estructura de operaciones en la región, pero que también deja gran parte de la droga para continuar afectando la salud de parte de la sociedad salvadoreña que consume cocaína y sus derivados, y que genera actividad de narcomenudeo. En febrero del 2022, también la STORM de la PNC había decomisado 300 kilos de droga valorados en $7.5 millones.



Los datos oficiales del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (MJSP) indican que en los cuatro años de la Administración del presidente Bukele se han incautado un total de 30.8 toneladas, que tienen un valor aproximado en el mercado de $680 millones como mínimo. Para los primeros cinco meses y medio del año 2023, son 2.2 toneladas de droga incautadas con un valor estimado en $50 millones de dólares.

El trabajo articulado de la PNC con la STORM y de la Fuerza Armada (FA) de El Salvador, por medio de la Fuerza de Tarea Naval Tridente (FTNT), han logrado golpear a las estructuras criminales del narcotráfico que pretenden llegar al norte de nuestra región, el mercado más grande y deseado del mundo de la cocaína. Para ello, se las ingenian y tratan de evadir el paso por la soberanía de aguas marítimas salvadoreñas y en la zona de aguas internacionales porque saben que la FTNT de la FA están listos a combatir estas estructuras para que El Salvador sea reconocido como un país que apoya y lidera este esfuerzo del problema mundial de las drogas. Los costos que tienen que incurrir las operaciones criminales son altos, para evadir pasa por El Salvador. Gastando más combustible y en otro tipo de embarcaciones para llegar hasta aguas guatemaltecas.

Por eso, los narcotraficantes están siempre ingeniando cómo ingresar a los mercados de Centroamérica y México. Ahora está ya la denominada “cocaína rosada”, que supone menos esfuerzo de logística para tratar de hacer llegar una droga que puede ser producida con facilidad en laboratorios clandestinos, pero primero hay que darla a conocer, por eso en otros países como en Europa se le conoce como la droga de moda entre los ricos. La sustancia contiene ketamina, éxtasis (MDMA 3,4- metilendioximetanfetamina) y cafeína. Estas tres sustancias, ocasionan efectos perjudiciales para la salud de las personas que las consumen. La promueven como una cocaína, pero es ketamina en esencia, tiene uso en la medicina humana y veterinaria como anestésico, pero es una droga muy potente y extraordinariamente peligrosa. En dosis altas puede provocar pérdida de conocimiento, coma, convulsiones, derrames cerebrales, asfixia, hipertensión arterial y paro cardíaco.

La lucha y el combate contra las drogas y estupefacientes deben ser a diario y estar en máxima alerta, porque los criminales no descansan, ni lo harán en su afán de seguir acumulando e incrementar sus altísimas ganancias criminales. Pero no hay duda que El Salvador es una verdadera muralla contra las operaciones del narcotráfico.