Luego de la semana de vacaciones de agosto 2022 quedan muchas lecturas en diferentes ámbitos, pero el de mi interés principal la seguridad y prevención puedo compartirles que ha sido de mucha satisfacción poder ser testigo que la población salvadoreña ha comenzado a perder el miedo contra el yugo que representaron las pandillas criminales en El Salvador.

Las vacaciones de agosto 2022 era un escenario diferente al de las de Semana Santa ya que se encontraban en libertad 50,000 miembros de pandillas y sus colaboradores que estaban asesinando, desapareciendo los cuerpos, extorsionando, desplazando forzadamente a las familias, cobrando peajes de paso, traficando drogas y armas, entre sus principales actividades de crimen organizado o estaban administrando negocios en las comunidades producto de lavado de dinero.



Estas capturas permitieron que la población acudiera masivamente a las playas, centros turísticos del ISTU, montaña, volcanes, ríos, lagunas y hasta pozas fueron visitadas por los turistas internos, hace unos meses era imposible llegar a muchos de esos lugares sin pagarle tributo a los pandilleros, hasta el licor y los cigarros los tenían bajo su control e ingresos.

Los padres de familia dieron permisos a sus hijos e hijas de salir por la noche a Sivarland que se convirtió en punto de encuentro y referente con más de 1.2 millones de visitantes de todo el país. Muchos de estos padres de familia con dudas razonables y no es para menor, por primera vez dejarían ir a su hijas e hijos a una feria donde también tenían presencia las pandillas. Otros se quedaron en sus comunidades compartiendo con sus vecinos hasta altas horas de la noche, que bien, esto que es normal en otros países no lo era en El Salvador.

Durante el presente siglo las pandillas mantuvieron en encierro a niñas, niños, adolescentes y jóvenes en El Salvador, los padres de familia tuvieron que invertir en cable, en aplicaciones de pago por ver, en video juegos para que se quedaran encerrados por temor al acoso y a ser víctimas de las pandillas. Los padres de familia mantenían un “NO” para todo, ni a la tienda se les permitía ir.

Muchos de estos niños, niñas y adolescentes subieron de peso ante la falta de actividad física, otros fueron afectados en sus mentes por los video juegos que la mayoría incentivan la violencia y el gasto en muchos de esos juegos para sobre vivir o para crecer y ganar.
Las familias salvadoreñas disfrutaron de estar en la calle, incluso los que no disponían de mayores recursos pudieron ir al parque bicentenario, parque Cuscatlán y otros. Otro segmento disfruto de la cancha polvosa de la colonia, hubo minitorneos en muchas comunidades y colonias; además, muchas familias ya no se reunieron en las plazas de comida de centros comerciales para poder compartir, fueron a las comunidades y visitaron a sus familiares y amigos.

Estas vacaciones de agosto 2022 en mi opinión se convierten primero Dios en una primicia de lo que debió ser normal, que nuestra sociedad no estuviera condenada a estar encerrada, nos merecemos un mejor país, somos y debemos ser libres. Ahora es tarea de todas y todos desde nuestro aporte ciudadano que las comunidades, barrios, colonias, cantones, caseríos, residenciales se mantengan libres de miembros de pandillas criminales. Un reconocimiento especial y que Dios les bendiga a todo el personal de la Policía Nacional Civil, Fuerza Armada de El Salvador, Fiscalía General de la República y Ministerio de Justicia y Seguridad por su servicio, esfuerzo y sacrificio, por brindarnos vacaciones seguras y en paz.