Juan 8:34-36. Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Uno de los atributos de nuestro Señor Jesucristo, es su aseidad, es decir su auto existencia, con ello se afirma que Él siempre ha existido y que Él en sí mismo no tiene ninguna fuente creadora. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (Juan 1:1-4).

De manera que uno de los aspectos que mas han sido atacados a través de la historia es la existencia del Señor Jesucristo, es decir que la comunidad atea ha dedicado toda su energía para desacreditar la resurrección de Jesús y su existencia, por ejemplo, en “el caso de Cristo” el galardonado periodista y ateo declarado Lee Strobel, decidió aplicar sus habilidades periodísticas y legales para desacreditar la fe cristiana, particularmente quería desengañar a su esposa Leslie, que recién se había convertido al cristianismo y en su calidad de responsable de la crónica criminal en el Chicago Tribune, inicio la investigación.

Lee Strobel junto a su familia habían hecho un pacto de “ateísmo”, lo cual significa que ambos se han comprometido a mantener fuera de su vida la figura de Dios. Sin embargo, un accidente ocurrido a su hija provoca que Leslie cuestione sus convicciones ateas. Sin decirle nada a su esposo, asiste a algunas reuniones cristianas y no tarda en convertirse y bautizarse. Lee es presa de una tormenta de celos porque su mujer ha roto el acuerdo de no dejar espacio entre ellos a ninguna creencia bíblica y siente que Jesucristo, en cuya divinidad no cree, lo esta separando de su esposa.

Esta situación provoca que Lee se convierte en ateo beligerante y decide iniciar una investigación de alto nivel para su periódico, pero en este caso para demostrar que el cristianismo y la figura de Jesús es un fraude, pues está basado en una premisa fundamental falsa, que es la pretendida resurrección de Cristo. En ese orden de idas se desarrolla “el caso de Cristo” es por ello que aplico el máximo rigor intelectual, rastreando las declaraciones que hubieran podido dejar los presuntos “testigos” presenciales del hecho, en el siglo I de nuestra era, buscando el testimonio de expertos en el ámbito de la historia y de la religión, y la opinión de personas objetivas.

En razón de ello, Strobel se centra en la autenticidad y fiabilidad de los manuscritos de los Evangelios. Descubre que existen miles de copias de manuscritos del Nuevo Testamento, mucho más que cualquier otro texto antiguo, lo que aumenta su fiabilidad. Los académicos señalan que estos manuscritos, que van desde fragmentos tempranos hasta versiones más completas, ayudan a verificar el contenido y sugieren que los textos han sido bien conservados a lo largo de los siglos. El proceso de crítica textual, al comparar estos manuscritos, también consolida la consistencia y la mínima variación del texto bíblico.

Así mismo descubre que los Evangelios fueron escritos 30 años después de la vida de Jesús, lo cual es relativamente rápido en términos históricos. Los relatos escritos tempranamente, como las cartas de Pablo, están aún más cerca de los eventos, brindando un soporte fundamental para las narrativas evangélicas. Esta cercanía temporal significa que los escritores podrían haber tenido acceso a información de primera mano y testigos presenciales, reduciendo la probabilidad de que mitos y leyendas se cuelen en las historias, es decir que esta información sacude las simientes del ateísmo de Lee.

De manera que al enfrentarse a las numerosas piezas de evidencia dejó a Strobel impertérrito. Ante la naturaleza transformadora de los discípulos, el contexto histórico irrefutable y los fenómenos milagrosos inexplicables, ya no podía negar la probabilidad de la naturaleza divina de Jesús y su resurrección. La conclusión de Lee, no fue simplemente un salto emocional o ciego, sino una creencia razonada sustentada por una evidencia investigada. Afirmando que el Señor Jesús es quien dijo ser o sea Dios. Estimado Lector ahora hay tiempo e buscar a Jesús, mañana puede ser muy tarde