Todos en la vida pasamos por diferentes etapas, días buenos, otros malos y días desastrosamente malos. La diferencia entre unas personas y otras es la fe con que enfrentan cada tormenta. Por ejemplo el Rey David -mediante el Salmo 92:10- le dijo a Dios: “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco” En este salmo declara que la fortaleza que recibiría de parte de Dios sería como la fuerza del búfalo, capaz de enfrentar a los adversarios y de resistir las tempestades por enormes que sean.

Y esto es así por porque el búfalo es un animal extremadamente fuerte. Es capaz de soportar y transportar cargas superiores a las dos toneladas, su mayor fortaleza es puesta a prueba cuando se encuentra en situaciones de peligro. Por ello el salmista se refiere a que la fortaleza que se recibe de Dios no es común, es una fuerza que nos ayuda a enfrentar los vientos y tempestades como lo hace el búfalo, ya que este es el único animal que no huye ante una fuerte tormenta o tempestad, sin embargo, el resto de animales como los pájaros, los conejos o los lobos huyen ante la tormenta, pero el búfalo se pone en pie, mira al cielo y aguanta la tempestad hasta que concluye y luego avanza.

Otra de las características del búfalo, es que cuando el camino es quebrajoso, hostil, fangoso o cuando va cuesta arriba por las montañas o cerros, activa su verdadera fuerza, usando la doble tracción o 4X4 como se conoce, la cual consiste en doblar sus patas delanteras y traseras, o sea se pone de rodillas, y empieza a subir, a subir y a subir, se detiene por un momento, luego sigue subiendo, se detiene por otro momento, se vuelve a poner de rodillas y sigue avanzando, cada vez con más fuerza y más rápido hasta llegar a la cima, de manera que la verdadera fuerza del búfalo está en ponerse de rodillas.

De este modo el búfalo puede llevar con éxito toneladas sobre sus lomos hasta llegar a la meta. Amiga o amigo lector cuando el camino se te ponga cuesta arriba, fangoso, resbaladizo, quebrajoso y lleno de problemas, usa la doble tracción del búfalo, ponte sobre tus rodillas clama con todo tu corazón el Señor Jesucristo y veras como tu entorno cambia, recuerda que las grandes batallas no se conquistaron con armas sino de rodillas.

El Señor a través de su Espíritu Santo quiere capacitarnos para identificar qué áreas de nuestra vida necesitan ser transformadas para que seamos fortalecidos y resistir así las tempestades. El búfalo no solo tiene fuerza bruta, también posee un arma secreta, que consiste en el aceite que se encuentra depositado en su joroba, cada vez que se encuentra en peligro con algún depredador, el búfalo retrocede, y aunque pareciera que está tratando de huir, sólo está dando tiempo a que el aceite de su joroba se caliente y se extienda por todo su cuerpo, creando una capa resbalosa sobre sí, que a su vez lo protege de las mordidas y de las garras de sus enemigos.

De la misma manera Dios pone sobre nuestras vidas, la cobertura de su Santo Espíritu y aunque el depredador (satanás) venga a atacarte sus garras resbalarán y no te tocarán a causa de la unción de Dios sobre tu vida.

Recuerda que el aceite del cristiano es el Espíritu Santo de Dios, el cual es como un escudo que le protege de cualquier acechanza del enemigo. La mejor manera de hacerle frente al mundo y las situaciones adversas es con la unción del Espíritu Santo, que es nuestro ayudador, consolador y guía, de modo que nada podrá dañarnos siempre y cuando permanezcamos llenos del aceite del Espíritu y cubiertos con la sangre del Cordero. Crea un escudo a tu alrededor y de los tuyos, escudriñando la Biblia, tomándote de las promesas y dando frutos dignos de arrepentimiento.

En suma el búfalo es un animal que mientras más cansado se encuentra, más fuerzas tiene y sigue adelante con vigor. Esas son las fuerzas que el Señor Jesucristo quiere darnos, en medio de la depresión, la ansiedad, de las luchas y pruebas difíciles. El Rey David sabía que el único que podía darle las fuerzas como las del búfalo era el Señor. ¡Búscalo!