El poder es un tema fascinante, de alto contenido por la aplicación de la inteligencia de naturaleza política, como una sombra subterránea de ambiciones fingidas. Las artes narrativas ocupan escenarios reales para el desenvolvimiento de diversos matices en los cuales personajes sin calidad de verdaderos políticos, que de manera ampulosa y sin escrúpulos meten mano en el manejo de los fondos públicos y en el desempeño de sus cargos se recetan cantidades de dinero de manera ilícita.

El poder es un disfraz muy sofisticado, pero que funcionarios que representan el pueblo de manera descarada, hacen uso 1. De prepotencia 2. De intriga 3. De tretas 4. Engaños; entre otros, esto demuestra la revelación de las ambiciones más complejas de espíritus turbados en el ejercicio de sus cargos públicos.

Los ámbitos del poder son muchos y variados, e implican no solo al protagonista de los ilícitos, que es el funcionario público, sino que abarcan a familiares y amigos, los suben al ring público para que confronten al poder mismo, todo ello constituye errores políticos.

La oposición política entra en el rodaje de la trama y elucubrando sobre las ondas expansivas del poder, aquí encaja la supuesta oposición política, descalificada y endeble, carente de personajes serios con propuestas de nación reales y concretas. Como ciudadanos somos testigos de cómo la oposición política en sus intervenciones no hacen referencia a la problemática nacional, únicamente se dedican a criticar y a lanzar improperios no tomando con seriedad los asuntos de la administración general del país.

La intención política de la supuesta oposición quiebra la historia nacional por carecer de elementos y aportes que sustenten opiniones responsables tal como en el pasado se configuró la Unión Nacional Opositora que en su seno descollaron políticos que aportaron ideas, propuestas y trataron con seriedad los intereses de la gente.

El mundo ha cambiado ontológicamente y la oposición tiene el deber de buscar nuevas estrategias de representación y de construcción política, y no centrarse en emitir opiniones sobre casos de corrupción que están sustentados por hechos evidentes que no emiten prueba en contrario, y por otra parte la opinión expresada por la oposición no debe seguir alejadas de la membrana de lo real, asimismo debe buscar practicas cotidianas sustentadas en mensajes políticos de contenido ideológico y de un lenguaje político que represente las ideas.

¿Y el pueblo qué dice? Aunque el pueblo no gobierna, esta a la expectativa de lo que ocurre en el contexto nacional y no está de acuerdo con las acciones de funcionarios que provienen de los niveles inferiores de la pirámide del poder y que de una manera fácil se enriquecen con los fondos del erario nacional y que después cuando las sombras del poder se cobra porque no se acepta la mentira como medio justificable de tratos políticos. Estos funcionarios no se percatan que la imagen política es una percepción y que en política la imagen es relevante, porque es la esfera representativa del funcionario.

Querer pretender usar el secreto en la política como doble vía de las cosas es parte de las claves del poder puesto que el secreto representa una de las fuerzas del poder pero, la exposición de usar el secreto para cometer ilícitos para agenciarse el aumento del peculio personal del funcionario, el poder se cobra.

Todo gobierno se mueve por razones políticas y así aumenta su capacidad operativa por el conocimiento del ejercicio del poder y administrar el Estado con eficiencia, pero cuando el funcionario hace uso del secreto para cometer ilícitos, el secreto que oculta partes vitales del poder le juega la contrapartida pues una de las características del secreto es que es seductor e integrante de un desafío que invita a descubrir, el cual es amenazador puesto que está rodeado de peligrosidad, dado que lo oculto implica una deliberada postura para evitar ser descubierto en el cometimiento de ilícitos, pretendiendo sustraerse de las indagaciones del Estado para comprobar el cuerpo del delito y la delincuencia. La oposición está en un callejón sin salida, que no entiende que si se aflojan las tuercas se corre el riesgo de perder posiciones políticas de parte del Gobierno.